Ayuno intermitente: ¿Efectivo para adelgazar, o una moda insostenible?

De la mano de muchos famosos, vienen estrategias para mejorar en cuanto al aspecto físico. Desde algún tiempo el famoso ayuno intermitente, que propone la ingesta de comida una o dos veces al día, ha despertado el interés masivo. La mira esta puesta en bajar de peso y conseguir algunas bondades que algunos especialistas aseguran que no se pueden mantener a lo largo del tiempo. Ayuno intermitente: ¿Sí o no?
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El ayuno intermitente describe un período en el que se alternan ayuno y alimentación. El ayuno no es una dieta en sí misma, sino un régimen alimenticio que puede ser utilizado junto con una restricción calórica para perder peso. El nutricionista Pablo Taffarel (MP CONUER 141), sostiene una postura bastante alejada en relación a cualquier método que implique restricciones, según afirma para INS.

¿En qué consiste el ayuno intermitente?

“Se trata de un hábito donde generalmente se implementan menos cantidades de comidas durante el día, en relación a lo que se sugiere habitualmente. Existen distintas formas de hacer un ayuno intermitente, ya que pueden implementarse rangos de 8, 16 y hasta 24 horas de ayuno. Según la necesidad de la persona que encara esta dieta, se deben tener en cuenta distintos factores para aplicarlo”.

Entonces, el ayuno intermitente ¿Sí o no?

“Prescribir una dieta intermitente depende mucho del paciente. Es fundamental saber el motivo por el cual la persona quiere asumirlo, y si está al tanto verdaderamente de sus características. Se sabe que una indicación alimentaria específica no impacta a todas las personas de igual manera. Saltear una comida puede dar una falsa sensación de control. Es decir que en algún momento el cuerpo va a pedir aquello que no se le está dando. El hambre no desaparece porque la persona no ingiera alimentos. No se trata únicamente de pensar que no hay que comer para que el apetito desaparezca. A veces el mismo miedo que tiene la gente de comer, genera que el cerebro desactive las señales naturales de apetito y saciedad, confundiéndolo al cuerpo”.

¿Cuál es el objetivo del ayuno?

Apunta a lo estrictamente metabólico. Se intenta conseguir los cambios que puede generar el cuerpo, en su descenso de peso y en el sistema digestivo. Desde la sensación del bienestar que dice tener el paciente, que viene vinculado a la confusión en el organismo, que es completamente irreal. Según el testimonio de muchos que asumen este ayuno, se ponen a prueba en un evento social o un plato de comida que les causa placer, se genera un descontrol, donde aparece el hambre de una manera incontrolable. Este aspecto forma parte del ciclo que los nutricionistas denominamos efecto rebote. El hecho de no comer sólidos de manera sostenida, al momento de enfrentarse con el alimento, no se puede sostener. Seguramente el ayuno intermítete tenga efectos en la insulina, en la misma digestión, etc., pero cuando se indica un modelo de alimentación, se debe considerar el impacto social y emocional de ese individuo. El alimento es un placer, forma parte de un vínculo, de patrones culturales, por lo cual se debe hacer el planteo serio para saber los motivos para recomendar un ayuno intermitente. Si el paciente siente que desde un enfoque integral de salud, le hace bien, se le indicará. El tema es que la gran mayoría no puede sostener en el tiempo este plan de vida, con lo cual no va a servir”.

¿Es decir que el ayuno es a pedido del público?

“Puede ser sugerido por el nutricionista o porque la persona se siente atraído por aquella propagada en las redes sociales, que muestran al ayuno intermítete como una solución mágica sin más”.

Si no se puede sostener en el tiempo ¿Puede resultar contraproducente?

Si el paciente no logra mantener el ayuno, se puede ver complicada su salud mental y metabólica. Debemos entender que si el público entiende que comiendo adecuadamente, con los nutrientes necesarios, generando un desarrollo en un entorno donde se pueda comer sin culpa y sin frustraciones, donde el individuo sienta que está haciendo bien las cosas y mejorando su relación con los alimentos, se puede generar el mismo efecto metabólico que con un ayuno. Si la persona saltea varias comidas al día, no se pueden cubrir los nutrientes esenciales para mantener una buena salud. Se necesita hierro, vitamina b12, B9, antioxidantes, que no se cubren con suplementos. Argentina es el segundo país con más casos de trastornos alimentarios. Es importante conocer el motivo por el cual una persona desea someterse a estar horas sin ingerir alimentos. Muchos asocian con que automáticamente la persona logra deshincharse y consiguen una buena digestión. Existe mucha sensibilidad en cuestiones de los hábitos alimenticios”.

¿De qué manera sufre el cuerpo humano el hecho de comer solo dos veces al día?

“Todo lo que no se puede sostener en el tiempo, lo que genera una prohibición, es inmanejable para el ser humano. El cerebro registra y graba sabores que resultan un placer, lo cual nunca se deja de lado. Siempre vamos a identificar aquello que disfrutamos al comer. Todos los problemas metabólicos (obesidad, resistencia a la insulina, etc.) se basan en una mala relación con los alimentos, no el simple hecho de ingerir comida. El estrés, la ansiedad, por cualquier circunstancia de la vida, afecta la alimentación de la persona. Si se hace educación para generar un vínculo sano entre la persona y su comida, se aprende a disfrutar y moderar cantidades y modos. De esta forma no habrá problemas metabólicos, en cambio se va a fortalecer la salud mental de esa persona, que pueda asumir un estilo de vida, como un hábito y no como una dieta llena de restricciones”.

¿Qué causa una mala nutrición?

“Una mal nutrición aparece en la obesidad, el sobrepeso, en una desnutrición por anorexia nerviosa, etc. El simple hecho de comer mal genera una mal nutrición. Si falta hierro la glándula tiroidea no funciona bien. Pueden aparecer cambios en el ciclo menstrual, grandes problemas en la digestión y en el estado de ánimo de la persona, ya que los alimentos se relacionan con los neurotransmisores del cuerpo (endorfina, etc.), lo cual está regulado por las emociones”.