Sedentarismo y riesgo cardiovascular: ”Con poco se cambia mucho”

La enfermedad coronaria es la principal causa de muerte en el mundo. En Argentina se produce una pérdida humana cada 34 minutos por infarto agudo de miocardio. Se sabe que el sedentarismo está considerado uno de los promotores de diversas patologías vinculadas al sistema cardiovascular.
Ph: freepick.es

Por Cristina Cartier

El riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene un individuo de sufrir determinada enfermedad, dentro de un plazo de tiempo, lo cual dependerá del número de factores de riesgo que estén presentes en el entorno de esa persona. Las enfermedades cardiovasculares afectan al corazón y el resto del organismo, principalmente el cerebro, los riñones y los miembros inferiores. Las más importantes son el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular (trombosis, embolia y hemorragia cerebral).

Emanuel Luchessi, médico cardiólogo intervencionista (MP 11.325), asegura para INS que “El sedentarismo genera un impacto tremendo, catastrófico y muy preocupante en el sistema cardiovascular, por eso es que intentamos incentivar a la actividad física periódica y frecuente. Está muy claro que el sedentarismo es un factor de riesgo cardiovascular, porque nos referimos a entidades que predisponen a tener enfermedades graves”.

¿Qué tan serio es el impacto del sedentarismo en la salud las personas?

El sedentarismo está en un cuarto lugar en cuanto a su riesgo para la salud, ubicándose detrás de la hipertensión, el tabaquismo y la diabetes. Se trata de un factor que produce alrededor de 3 millones de muertes al año, por el simple hecho de ser una persona sedentaria. Se refieren enfermedades muy graves como el infarto, el accidente cerebro vascular como los principales impactos negativos en la vida de las personas. La persona sedentaria tiene hasta más de un 30% de riesgo de tener un evento cardiovascular, que un individuo en movimiento. Aun la persona que tiene un peso saludable, pero que no se mueve, se expone fuertemente a situaciones de peligro para la salud”.

¿Puede ser una persona delgada pero que al ser sedentario impacte de manera negativa en su salud?

“Claro. Aun comparado con una persona obesa, el sedentario tiene tres veces más riesgo de sufrir problemas cardiológicos graves. Un delgado sedentario, versus un obeso activo, tiene más problemas de salud”.

¿Qué beneficios implica el movimiento en el organismo de una persona?

“Los beneficios son múltiples. Lo primero es la reducción en la ocurrencia de la patología cardiovascular. La actividad ayuda en la regulación de la presión arterial, a conseguir las metas y disminuir la cantidad de droga que se utiliza en los tratamientos para la presión alta. Si pensamos que con actividad física periódica se pueden bajar 10 milímetros de mercurio, hablamos de un beneficio muy importante”.

¿Existen factores que se pueden modificar y otros que no?

“Los factores modificables son los que podemos intervenir en el día a día. Si cambiamos nuestras conductas de vida y empezamos a movernos, ya estamos cambiando un factor de riesgo. El tabaquismo es otro del mismo grupo. Con el simple hecho de dejar de fumar modificamos ese hábito y hacemos desaparecer ese factor de riesgo”.

¿Qué se observa en el consultorio en relación al sedentarismo?

“Pasa mucho que el paciente se queda en silencio ante la pregunta de rigor en cuanto a qué actividad física realiza. Más de la mitad de la población no llega a los mínimos recomendables por la OMS (Organización Mundial de la Salud). En el consultorio muchas veces llegamos un tanto tarde porque las personas vienen con la enfermedad establecida. Vienen pacientes hipertensos, con infarto reciente, con lipidemia (triglicéridos, colesterol, etc.). Esto implica que venimos un paso tarde porque no se trata de personas que asisten a la consulta por prevención, sino porque se acercan a resolver un problema que viene sucediendo”.

¿Cuál es la actividad que se recomienda para alejarse del sedentarismo?

Se necesita muy poco para cambiar mucho. Se recomienda un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física moderada. Nos referimos a una simple caminata suave o andar en bicicleta. Lo cual lo podemos implementar de manera sencilla, yendo a trabajar a pie, en lugar de utilizar el auto o un transporte. De esta manera nos vamos acercando a las pautas que se pretenden. Con este mínimo cambio ya conseguimos resultados positivos en la salud cardiovascular”.

¿A partir de qué momento se empiezan a ver beneficios?

“Inmediatamente que cambiamos los hábitos notamos beneficios. La mejoría sobre el riesgo cardiovascular se aprecia aun antes de perder peso corporal. Con el simple hecho de practicar actividad física, automáticamente el cuerpo recibe esa información, se modifica la composición del organismo de esa persona, se consigue mas masa magra, menos grasa, el metabolismo se activa mucho, lo cual mejora la diabetes, los lípidos, etc. Aunque el espejo no lo muestre, la actividad física nos trae grandes beneficios”.

Dr. Emanuel Luchessi (MP 11.325)

¿Cuáles son las primeras recomendaciones para una persona que no hace ningún tipo de movimiento?

“Lo primero es obligarse a salir a caminar. Usar las escaleras antes que un ascensor. Las primeras cosas de todos los días significan dar un primer paso. Para hacer un programa de entrenamiento es bueno saber desde donde partimos. Siempre se recomienda una evaluación cardiovascular antes de empezar con la actividad para tener en cuenta qué capacidad tiene esa persona. La evaluación pre-participativa es muy básica, donde se tienen en  cuenta factores personales, hereditarios, sus valores de tensión arterial, metabólicos en general. Muchas veces con un electrocardiograma alcanza, sin necesidad de estudios más complejos o costosos”.

¿Cuál es el principal temor?

“La mayoría le teme a la muerte súbita porque es algo que suele aparecer en las noticias vinculadas a un deportista que pierde la vida en pleno juego, por ejemplo. Existen personas que nunca fueron examinadas, que tienen patologías muy graves sin saber, por eso es importante la consulta preventiva”.

¿Qué se le indica a un paciente dado de alta luego de un infarto de miocardio?

“La respuesta no es sencilla porque engloba muchas condiciones de ese paciente para poder retomar actividades luego de un episodio cardiovascular. Como norma general, se lo controla constantemente. Lo más probable es que pueda empezar a salir a caminar muy precozmente. Quizá en 15 días el paciente pueda empezar un programa de actividad física inmediata, aunque es muy difícil generalizar estos conceptos porque existen diversos tipos de infartos, en distintos niveles de gravedad. No es lo mismo un infarto pequeño que no implica demasiada repercusión, que un infarto grande que representa mayores consecuencias”.

¿La edad es un determinante para recuperarse luego de un episodio cardiovascular?

“La edad no tiene nada que ver. Incluso observamos en pacientes totalmente sedentarios, que después de un evento cardiovascular adoptan un cambio  de hábitos por el temor que generan estas situaciones. Es tan rotundo el vuelco, que empiezan con actividad física automáticamente después de sufrir un infarto, para evitar la posibilidad de un nuevo episodio. Siempre vamos a promover la actividad física, aun en pacientes muy añosos, o con dificultades articulares que les impide la clásica caminata, porque se pueden encontrar otras alternativas de ejercicios en agua, o de menor impacto en el peso, para poder entrenar”.