Claramente se trata de una consigna controvertida cuando mencionamos la posibilidad de desestimar el consumo de lácteos en la dieta de las personas. “Es un cambio de paradigmas muy significativo. Actualmente la medicina en sus diferentes especialidades, maneja información moderna que rompe con determinados esquemas en la alimentación”, afirma la médica naturista Dra. Lupe Simón (MP 11.120) en diálogo con INS.
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Por Cristina Cartier

Si bien los lácteos en general, o la leche en particular, tienen efectos tranquilizantes, se sabe que alguno de sus componentes agrava el cuadro de enfermedades crónicas, como la artritis o artrosis, y funciona como un irritante para el aparato digestivo, por lo cual, gran parte del público consumidor, opta por un reemplazo con el propósito de evitar o reducir síntomas. Reacciones adversas como las alergias o la intolerancia, se vinculan directamente con los lácteos, que forman parte de las costumbres tradicionales de los argentinos.

La historia refiere en nuestra memoria los tiempos en que llegaba el lechero a casa, como algo que no podía faltar. Lo cierto es que, en virtud del avance de las investigaciones médicas en cuanto al impacto de los lácteos en el organismo, se ofrece un panorama más concreto y cubierto de nuevas alternativas. En la actualidad contamos con leche fortificada con hierro y calcio, como así también, una interesante propuesta de quesos preparados con leche de origen vegetal (veganos), que fácilmente podrían convertirse en un sustituto nutricional de este grupo de alimentos.

¿Qué son los lácteos?

“Son derivados de la leche, que es una sustancia blanquecina que produce una madre mamífera (vaca, cabra, etc.) para su cría, de la misma manera que las mamás humanas hacen leche para sus bebés. Naturalmente esa cría o ese bebé en determinado momento no va a consumir más leche. La lactasa (una enzima en el intestino), que ayuda a la digestión de la leche, perdura hasta los 7 años de vida. Después de eso, ya no contamos con las enzimas que favorecen en la digestión de lácteos. En la realidad las lactancias suelen ser más cortas, y por ende las enzimas se presentan únicamente en la niñez. Con esta información podemos afirmar que el cuerpo humano no está preparado para digerir lácteos en la adultez. Razón por la cual las personas presentan intolerancia, por lo cual se fabrican leches sin lactosa, para evitar inflamaciones. Por lo general no somos conscientes de diferentes sustancias de los lácteos que nos pueden hacer daño”.

¿Cuáles son los componentes de la leche?

“La leche animal tiene proteínas mayores comparadas con la leche humana, lo cual hace que resulte más difícil de digerir, no solo la lactosa, sino también sus proteínas. Es decir que el consumo de lácteos debería ser en un periodo breve de la persona, motivo por el cual quizá sea prudente restringir algo de su consumo, ya que a diario o en grandes cantidades, no es bueno”.

¿A qué se debe que algunas personas presentan intolerancia a los lácteos?

“Se trata de una cuestión netamente cultural, con ciertos hábitos alimenticios que actualmente son evaluados de manera distinta. La intolerancia pasa por el azúcar que tiene la leche, que genera inflamación intestinal, gases, dolor abdominal, etc. Dichos trastornos, no solo repercuten en el síntoma en particular, sino que hace que el intestino con una mucosa inflamada no funcione correctamente. Es un órgano de protección primaria al estar en contacto con el medio externo, por lo cual se convierte en una barrera, a la vez que cumple una función nutritiva, desde la absorción de los alimentos.

¿Qué función cumple exactamente el intestino?

“El intestino selecciona lo que ingresa y lo que no. Cuando esa mucosa no funciona bien debido a una inflamación, no absorbe los nutrientes como debería. Por lo cual podemos decir que los lácteos generan que todos los otros nutrientes no sean absorbidos en su totalidad, y surge la desnutrición donde se nota la ausencia de vitaminas, minerales, etc. Los lácteos tienen una proteína que se denomina caseína, bastante difícil de digerir, que ingresa al torrente sanguíneo, por lo cual el sistema inmune la reconoce como un cuerpo extraño, como sucede frente a un virus o bacteria que ingresa al organismo. Se genera entonces, un mecanismo de defensa espontáneo, por lo cual los lácteos terminan causando una inflamación crónica leve, pero de impacto en algunas enfermedades”.

¿En qué enfermedades se observa este mecanismo?

“Si la persona tiene una artritis, es muy probable que se genere dolor a causa de dicha inflamación. En pacientes con migraña, se sabe que los síntomas asociados aumentan notablemente. Es decir que cada enfermedad se agudiza por la inflamación crónica leve que causan los lácteos. Esta proteína es alérgena, por lo cual muchas personas tienen sinusitis, bronquitis, y otras afecciones de las vías respiratorias. Estos casos presentan mejoría inmediata, al restringir los lácteo de sus dietas”.

¿Cuál sería el consumo recomendado de lácteos?

“Las medidas nutricionales en cuanto a los lácteos se van restringiendo cada vez más. No existe un consumo necesario de lácteos. Podemos vivir sin lácteos perfectamente. Cualquier persona mayor de los 2 años de edad, donde el niño se alimenta de la leche de su mama, que no tiene reemplazo, la persona puede obtener nutrientes sin consumir lácteos. Generalmente se asocia la lecha al calcio, por lo cual muchas personas adultas mayores lo consumen. El calcio de la vaca no es un calcio disponible. Al tener tanto fosforo, se presenta una competencia entre ellos y no se pueden absorber. Es decir que la leche tiene mucho calcio que la persona no logra absorber. Por eso existe un registro tan elevado de osteoporosis, ya que el mensaje es incorrecto.

¿La leche aporta calcio y proteínas?

“Lo que se observa en personas que no consumen lácteos, es que como su intestino funciona bien y absorbe todos los nutrientes, el organismo recibe el calcio que le ofrecen otros alimentos. En cuanto a proteínas, se puede decir que no son de buena calidad. Se trata de una proteína grande, como la de la soja, que genera mucha intolerancia”.

¿Los lácteos colaboran con la formación de quistes, fibromas, etc.?

Los lácteos son pro-inflamatorios, por lo cual cualquier formación nueva (quiste, nódulo o pólipo), estará rodeada de inflamación. Los lácteos no son la causa de su aparición, pero es cierto que colaboran con el tamaño de ese quiste, o que moleste más, o que duela más aún. Reduciendo los lácteos, el síntoma mejora sensiblemente. La leche contiene factores de crecimiento que pueden promover la formación de tejidos, a la vez que tiene un porcentaje carcinogénico, lo cual es de impacto para las creencias culturales asociadas a la alimentación. No se trata de ofrecer un mensaje chocante, pero sí de generar la posibilidad de conciencia en los consumidores, que tenemos derecho de conocer acerca del impacto de ciertos alimentos en nuestro cuerpo”.

Existen personas que recurren a la leche para conciliar el sueño. ¿Sirve?

Los lácteos tienen un componente muy similar a los efectos de la morfina. Si bien no generan los efectos de la misma, ofrecen una sensación de somnolencia, lo cual es de mucha ayuda para el buen descanso en algunas personas, que beben leche antes de ir a dormir, y, además, mejora mucho el sindroma de la fatiga crónica, por eso si buscamos energía extra no se indica la ingesta de lácteos”-

¿Cuál de todos los lácteos es el más indicado y cual el más agresivo para el organismo?

Los lácteos menos dañinos son los que han estado estacionados por más de tres meses o los fermentados. Nos referimos a los quesos duros (sardo, reggianito, etc.), los quesos fermentados (bree, azul, etc.). Lo que sucede en los estacionamientos o fermentaciones de los lácteos, es que la proteína se empieza a digerir por sí misma, por lo cual no altera al organismo de manera notoria. Lo mismo ocurre con la lactosa, porque al estar estacionada o en fermentación, se transforma y se digiere más fácilmente. Siempre se recomienda intentar evitar los lácteos blandos (leche, yogur, quesos crema,) es decir todo aquel producto que fue modificado, donde se incorporaron determinados productos como espesantes, emulsionantes, colorantes, etc. Todo lácteo que pasa por un proceso de alteración no es bueno que se consuma de manera cotidiana, quizá sea prudente dejarlo para ocasiones particulares”.

¿Qué alimentos de sugieren para reemplazar los lácteos de origen animal?

“Se puede optar por un abanico de posibilidades que nos van a ayudar en la transición para dejar los lácteos, como la leche de almendras, de cajú, los quesos veganos a base de nueces o girasoles, y otras tantas versiones. Son productos más caros en general, pero sabemos que podemos fabricarlos fácilmente en casa. Se descarga una receta de internet, y con apenas unos gramos de almendras, podemos obtener una leche vegana, al tiempo que se puede usar en otras preparaciones, como un queso, o incorporar ese preparado a una masa de galletas. Por lo cual, si aprendemos recetas por fuera de lo convencional, podemos conseguir productos sanos, diferentes y mucho más baratos que cualquier lácteo convencional.

¿Es importante Investigar qué impacto causan los alimentos en nuestro organismo?

Lo principal es escuchar a nuestro cuerpo. Intentar ser coherentes con ese mensaje, conseguir información seria, sin exigencias ni presiones, porque no debemos causarnos estrés en estas nuevas instancias. La alimentación debe ser un placer en conciencia. Si piensan en retirar los lácteos, lo ideal es hacer una prueba de 10 días sin consumirlos, y observar las respuestas del organismo. De ahí en más, es importante conseguir el equilibrio de consumo de lácteos de cada persona, haciendo cambios lentos y paulatinos, al tiempo que se van observando a sí mismos, porque si lo hacemos drásticamente, es muy poco probable que se pueda incorporar un nuevo hábito que se logre mantener a lo largo del tiempo”.