El Kéfir es una bebida probiótica de leche fermentada, realizada con gránulos, los cuales están compuestos por bacterias, levaduras, péptidos bioactivos y polisacáridos, cuyo principal es el kefirán (compuesto de kéfir) al que se le atribuyen la mayor parte de las propiedades.

Por Carolina Caligiuri Lic. en Nutrición M. 4797
https://www.instagram.com/liccaligiuri/?hl=es-la
¿Qué nos aporta el kéfir?
Proteínas de elevado valor biológico, calcio, fósforo, magnesio, vitaminas del grupo B y probióticos. Conservamos más propiedades y consumimos menos aditivos al realizar producción artesanal y ecológica.
Beneficios de incorporar kéfir a tu dieta:
(a partir de las 9 semanas ya podrás notar estos beneficios)
- Disminuye la presión arterial
- Reduce los niveles de endotoxinas, sustancias nocivas que contribuyen a la inflamación del organismo.
- Mejora la permeabilidad intestinal, lo que favorece el paso de sustancias beneficiosas pero frena la entrada de aquellas que podrían ser perjudiciales.
- Mejora la salud digestiva
- Estudios demuestran que mejora la presencia de una enzima en el cerebro fundamental para el sistema nervioso. Es decir, que el kéfir favorecería la «comunicación» entre la microbiota intestinal y el cerebro.
- Al tratarse de un probiótico, nos aporta microorganismos vivos que ayudan a restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal, fundamental para personas que llevan una una dieta poco saludable, consumen fármacos o padecen trastornos como la diarrea.
- Ayudan a combatir tumores, microbios dañinos, carcinógenos y más.
- Al cuidar la microbiota no solo facilita el proceso digestivo sino que también refuerza el sistema inmunológico, es decir, las defensas del organismo.

¿Cómo consumirlo?
Aunque hay quien lo prepara con agua, coco o incluso infusiones de té, «el verdadero kéfir es de leche, que es más sabroso y nutricionalmente más interesante. El sabor y otros aspectos pueden variar si lo realizamos con leche de vaca, oveja, cabra, soja, arroz o coco. Incluso, se puede realizar con agua de coco. Para suavizar su sabor, se puede añadir una cucharadita de miel, limón, azúcar mascabo o edulcorantes tipo estevia. Además de tomarlo como bebida, también podés incorporarle cereales, frutos secos, trocitos de frutas o utilizarlo para hacer batidos.