La actividad presencial plena en el Congreso de la Nación, regresó para debatir, tras idas y vueltas, la ley de etiquetado frontal de alimentos. Finalmente, en una extensa sesión , se aprobó con 200 votos afirmativos, 22 negativos y 1 abstenciones. El proyecto en cuestión tiene como meta que la población cuente con información precisa sobre los productos que consume.

El objetivo central es promover y generar conciencia sobre la prevención de la malnutrición y la reducción de enfermedades crónicas no trasmisibles. La propuesta es colocar leyendas o sellos de forma octogonal para identificar la información. Se deberá indicar el tipo de ingredientes que contiene, señalando claramente los excesos de cada uno de ellos.

La diputada de UCR Brenda Austin señaló a INS la importancia de dicha ley en proceso: ”Contentos de que la sesión este transitando sus carriles normales, logrando comenzar el tratamiento de este proyecto que lleva un año de trabajo. Ciertamente fue muy discutido en las Comisiones plenarias, donde se recibió información y comentarios variados. Estamos frente a un reflejo de un proceso de debate razonable, donde se escucharon todas las voces. Lo cual, refuerza la necesidad de que Argentina avance en brindar información clara a los consumidores”.

El objetivo es mejorar la Salud pública. ¿La idea es identificar en cada envase el componente nocivo para la salud?

“Exactamente. Necesitamos una figura circular al frente del producto, en un 5% de su superficie, para que se pueda ver perfectamente, de acuerdo a las dimensiones del envase. La reseña debe decir “exceso en…” (sodio, grasas, azucares, etc.) para que las personas cuenten con información rápida al momento de elegir un alimento. La idea es entender el sentido del sello, ya que se advierte un nutriente critico en exceso, por lo cual se modifican los patrones de consumo. Sabemos que existe un gran porcentaje de personas que, al ver este círculo de advertencia, optan por otro producto, entendiendo que este mecanismo se completa cuando la propia industria alimentaria reconoce el comportamiento del consumidor, y entonces empieza a adaptar sus productos para hacerlos más saludables aún. Este sería el esquema al que se apunta, que ganemos todos, intentando tener en las góndolas la mayor cantidad de alimentos saludables posibles, evitando las publicidades engañosas, la manipulación de los menores, y entender que la obesidad que se ha convertido en una pandemia entre los niños, que causa el 75% de las muertes en el mundo, vinculadas con diferentes patologías, se combate con educación accesible para la población. Se trata de que las personas tengan buena información y hagan uso de su derecho a elegir, respaldadas con políticas alimentarias del Estado acordes“.

¿Cuáles son los plazos para que las empresas se adapten?

“Varían de acuerdo si se trata de grandes empresas o pymes. Existe un plazo inicial luego de la reglamentación de 90 días a 6 meses. En el caso de las pequeñas empresas, se refieren 12 meses y existe una posibilidad de una prórroga de 6 meses más. Luego de los tiempos mencionados se le agrega un término de 2 años para aplicar gradualmente el perfil de nutrientes, para conseguir mejorar o reducir el sodio de un producto, por ejemplo, sin que esto sea abruptamente. La idea es implementar tiempos razonables para que la industria pueda adaptarse y acompañar la búsqueda de defensa del derecho de la alimentación”.

¿Cuál es la idea para los productos importados?

La ley alcanza a todos los productos que se exhiben en las góndolas argentinas. En uno de los primeros puntos en la lista de acciones, se refiere a la producción, venta, comercialización y la importación de artículos alimenticios. Es decir que los artículos que ingresen al país, deben adecuarse a los sellos locales, de la misma manera que hacemos cuando exportamos alimentos, y se considera la negociación con las exigencias del país de destino”.

Reconocidos chefs mediáticos se expresaron públicamente y en las redes sociales, dejando en claro la necesidad de la ley que se discute en Diputados, con un video donde dicen de manera irónica y divertida, su postura: “A favor de la ley de etiquetado frontal. Basta de comprar a ciegas. ¡Diputados, voten bien! Los estamos observando” (German Martitegui, Donato De Santis y Damián Betular)

En tanto los profesionales de la salud alzan su voz, poniendo el acento en la gran necesidad de prevenir enfermedades, aunque su opinión juegue en contra de la realidad de la mayoría de los industriales. El nutricionista Pablo Taffarel (MP 141) es categórico en su postura. Consultado al respecto del debate del proyecto de ley, manifestó a INS la preocupación del sector por no conseguirse el cuórum necesario en el tratamiento del tema. ”La ley de etiquetado frontal debe estar ya en Argentina. Se trata de establecer el consumo consiente en las personas, que deben recibir información acerca de lo que es saludable, y qué componentes significan un riesgo para su salud. Es una herramienta política que se relaciona con un tratamiento de prevención de la obesidad, del sobrepeso y otras enfermedades crónicas. También hablamos de combatir estas patologías, ya que le facilita al paciente su tarea a la hora de comprar sus alimentos. La etiqueta es fundamental en este proceso para su beneficio. Es una necesidad urgente que tenemos frente a una población que se ha visto afectada en su salud, sobre todo en el marco de pandemia. Sabemos de los intereses creados, con evidentes costos para la industria, pero se debe implementar a como dé lugar. La salud de las personas se debe resguardar siempre. Y un Estado presente debe tener muy clara esta consigna”.