Un lunar es una mancha o nódulo de color marrón compuesto por nidos de células, que son comunes en la mayoría de las personas y normalmente inofensivos. Cuando un lunar se vuelve malo, generalmente crece de descontroladamente y sufre cambios en su color y estructura. ¿Cuándo se trata de un lunar maligno o melanoma? ¿Nos debe preocupar la aparición de un nuevo lunar?
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Por Cristina Cartier

Los lunares (también llamados nevos o nevus) son pequeños crecimientos cutáneos, generalmente oscuros que varían en tamaño. Pueden ser puntos pequeños o llegar a medir más de 2,5 cm de diámetro, pero generalmente miden menos de 1 cm y suelen ser menores de 6 mm. Casi todas las personas tienen algunos lunares y muchas pueden tener gran cantidad de ellos. La médica dermatóloga Dra. Marcia Sturno despeja las principales dudas para INS.

¿Qué es un lunar?

“Un lunar es una célula normal de la piel anormalmente agrupada. La persona puede tener en  las distintas capas de la piel, células de color de la piel, de color marrón, o células de vasos sanguíneos, por eso son de color rojo. Si cualquiera de estos de agrupa de manera anormal, se llama malformación y se forma un lunar. A raíz de estas células, existen lunares de distintos tipos. Y por lo tanto son de diferente riesgo. La persona nace con un bagaje de lunares que aparecen en la primera infancia, o en la segunda, hasta que terminan de aparecen alrededor de los 21 años de edad. Después de esa edad pueden ser lunares adquiridos, por lo cual ante la aparición de un nuevo lunar, se debe prestar atención. Aunque no se sacan todos los lunares, algunos si se sacan y se analizan”.

¿Se puede tener lunares heredados de padres o abuelos?

“Sí, claro. Así como se hereda el color de ojos, de piel o de cabello, también se pueden heredar los lunares. Existen tipos y localización de lunares idénticos, que muchas veces no se quieren sacar porque les refiere a sus padres o abuelos. Suele ser como una marca familiar para muchas personas”.

¿Se sacan todos los lunares?

“Existen distintos tipos de lunares y en distintas cantidades. Cuando una persona tiene más de veinte lunares, tiene más riesgo de que alguno sufra algún tipo de transformación. Debemos saber que como la piel es tan accesible, es muy fácil controlarla. No se sacan todos los lunares para no tener complicaciones, como no se sacan todos los dientes para no tener caries”.

¿Es importante revisar los lunares en la piel?

“Es muy importante revisarse los lunares como una regla que debe estar muy incorporada mediante la información que se tienen acerca del tema. Las personas que más sol toman, son quienes más deben controlarse. Se debe usar protector solar y hacer dos visitas anuales al especialista. Se debe usar la medicina para prevenir las enfermedades”.

¿Cuál es el rol del sol frente a la aparición de lunares?

El sol puede alterar un lunar de toda la vida, ya que puede sufrir múltiples quemaduras y acumulación de radiación, por lo cual se altera el ADN de ese lunar. El cuerpo ya no regula esa alteración y el lunar puede transformarse en una lesión pre maligna. Al principio el sistema inmunológico lucha para deshacerse de esa anormalidad, intenta reparar hasta que finalmente aparece la lesión maligna”.

¿En qué se transforma ese lunar alterado?

“Se transforma en un melanoma. Se trata del cáncer de piel que puede ser agresivo si no tiene un debido control. El melanoma se cura si es detectado cuando recién aparece. Si se encuentra un melanoma de 3 milímetros, que no está ulcerado, que no creció, ese paciente tiene muchas más chances de curarse. Existe medicación que prolonga la expectativa de vida. La clave siempre es un diagnostico temprano, ante lo cual se saca el lunar y la persona se cura”.

¿A que debemos prestar especial atención?

“Por lo general la evolución va de un lunar marrón claro al oscuro o negro, con alteraciones en su tamaño. Esto implica un cambio, y por eso se debe prestar atención al ABCD de los lunares (asimetría, bordes, color y diámetro). Cada uno de estos aspectos nos puede indicar la presencia de un lunar maligno. Es decir se unen todos estos criterios, no es que solo con un tipo de alteración ya se obtiene el diagnostico”.

¿Siempre se trata de una alteración en un lunar existente, o de la aparición de uno nuevo?

“Pueden aparecer con determinadas características en la primera infancia, en los embarazos o en cualquier situación donde haya muchos estímulos hormonales. Es decir que puede aparecer un lunar descontrolado, que crece desmedidamente y que puede ser pre maligno. En el caso de los niños que presentan múltiples lunares, en lugares incómodos, generalmente se los saca para no correr riesgos de que alguno se convierta en malo. En un adulto que le aparece un lunar nuevo, se analiza con un escaneo, evaluando localización y tamaño”.

¿Existen lunares con distintos tipos de agresividad?

El lunar más grave es el melanoma, que son chatos, irregulares y más pigmentados, que aquel lunar que sobresale y que no llega a ser malo, por lo cual es menos sospechoso que el primero. Si ese lunar chico y oscuro se transforma en melanoma, se trata de un cáncer de piel tercero en frecuencia, que puede aparecer en piel sana donde no había un lunar. La mayoría de los melanomas son de color marrón y un porcentaje menor se presentan de color colorado o sin color aparente. Este tipo de cáncer puede invadir a nivel de ganglios, hígado, cerebro, huesos, etc. Esto puede suceder si se trata de un melanoma que no cuenta con la atención médica de rigor. Se trata de un tipo de cáncer agresivo que puede causar metástasis afectando distintos órganos”.

¿Cuales son los tratamientos?

“Existe un protocolo a nivel mundial. Antes no se podía hacer una biopsia parcial, sino que se debía sacar el lunar ante una sospecha. Existía la creencia de que si se tocaba ese lunar, las células se podían desparramar. Actualmente se hace una biopsia parcial del lunar para saber de qué trata y confirmar la sospecha. De acuerdo a la gravedad del melanoma se determina qué tipo de cirugía se hace, cuánto se retira de piel alrededor y la profundidad. Se busca el centinela, que es una técnica implementada mucho en el cáncer de mama, donde se inyecta una sustancia para encontrar células malignas en los ganglios, que se marcan y se sacan únicamente los afectados. A diferencia de otros cánceres, no hay una quimio clásica ante la cual pudiera responder el melanoma. Existen drogas biológicas que lo mejoran y prolongan la vida de muchos pacientes. Es decir, siempre se hace cirugía, y dependiendo del tipo de melanoma, se acude a tratamientos sistémicos con medicamentos biológicos, que es lo nuevo en la materia”.