Bulimia y anorexia, la mirada del psicólogo: ”Alojar el sufrimiento es fundamental”

La bulimia y anorexia suelen asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo de ese individuo. Se sabe que un psicólogo puede ayudar en el tratamiento de este tipo de trastornos alimentarios que preocupan cada vez más en la sociedad actual.

Por Cristina Cartier

Los trastornos alimentarios están caracterizados por una preocupación exagerada de la imagen corporal o del peso, que se acompañan de problemas relacionados con la autoestima baja, depresión e inestabilidad en las emociones, ansiedad, miedos y comportamientos obsesivos.

Es fundamental trabajar en interdisciplina con un lenguaje común. Debemos estar formados debidamente para conseguir un diagnostico preciso, ya que no se puede profundizar sobre lo que no se conoce. Estamos frente a una patología muy compleja que tiene un riesgo alto de muerte, sobre todo en mujeres más grandes, no tanto al inicio de la enfermedad que suele darse entre los 14 y 18 años de edad. Si hacemos un diagnostico precoz se puede implementar un tratamiento que lleve a ese paciente, a una resolución de la problemática”, afirma para INS la Psicóloga Paula Angelini (MP 1408).

¿La interdisciplina implica la contención para un paciente?

Cuando hablamos del abanico de los trastornos de la conducta alimentaria, hablamos de la salud mental de las personas. La gran mayoría considera que se trata de enfermedades biológicas, por lo cual la puerta de ingreso se hace frente al médico clínico o al nutricionista. La realidad es que la bulimia y anorexia no son patologías médicas. Obviamente se necesita de la atención con el endocrinólogo, el clínico y el nutricionista, ya que se trata de una disminución u omisión alimentaria, pero también existe una notoria distorsión de la imagen corporal, que debe ser atendida por el psicólogo. Se trabaja en equipo frente a un paciente que necesita diferentes atenciones. Se empiezan a ordenar un montón de manifiestos clínicos, mas la mirada que tiene de sí mismo, cómo percibe su propio cuerpo. Lo cierto es que existe una etapa visible de la enfermedad, que seguramente empezó mucho antes, por eso es tan importante la pesquisa médica integral, lo más compleja posible, como para brindar una pronta solución al paciente”.

¿Cuál es la definición de bulimia y anorexia desde lo psicológico?

“Es una enfermedad donde se produce una distorsión de la imagen corporal por una restricción alimentaria, o bien dicho, es al revés. El paciente empieza a aislarse socialmente, con determinadas características que refieren el trastorno. Su personalidad demuestra que son altamente exigentes, académicamente van al máximo de sus posibilidades. Suele tratarse de familias complejas con dinámicas específicas. Donde se encuentran vínculos sobreprotectores de parte de los padres, determinado tipo de crianza, aunque también se observan cuestiones fisiológicas, con déficit endócrinas especificas aunque no está 100 % comprobado científicamente”.

¿La exigencia en relación a la crianza es un aspecto común?

Se notan jóvenes con un perfil muy autoexigente, tanto en varones como en mujeres. Al indagar se encuentran otros antecedentes, donde ciertas enfermedades orgánicas tienen relación. Se dan mucho estos trastornos en personas deportistas, donde se hace hincapié en la cuestión cultural en relación a la imagen de las personas. La manera en que transitan los jóvenes de ahora su adolescencia, con la influencia de las redes sociales, es muy distinto a lo que sucedía años atrás. Actualmente los chicos de 14 años que empiezan a tener una vida social, experimentan una cuestión muy mediata de las cosas, de mucha exposición, donde la imagen a través de las redes, muestra cuerpos perfectos, todo el tiempo la propuesta de dietas para adelgazar, una oferta exagerada de alimentación saludable como el camino asegurado a la felicidad. También se observa que el perfil de estos pacientes, quizá viene de una historia familiar donde hubo siempre dietas, integrantes  que idealizaban los cuerpos humanos, etc. La exigencia corporal en relación al cuerpo siempre estuvo, actualmente se ve potenciado por los mecanismos tecnológico. En etapas iniciales, la persona se encuentra construyendo su propia identidad, la aceptación de su propia imagen, el amor propio, queriendo formar parte de un grupo de pares, sentirse parte verdaderamente, lo cual puede facilitar la instalación de estas patologías”.

¿Se habla mucho de la imagen corporal?

“Existe un discurso instalado en nuestro país que habla constantemente de la gordura. Algunos especialistas del mundo sugieren no hablar del tema, porque se consigue un efecto contrario al de educar. La respuesta inconsciente a estas propuestas constantes es conseguir que los jóvenes se obsesionen en relación a su peso corporal y su imagen dentro de la sociedad. La idealización del cuerpo es un tema delicado y básico en la formación de la personalidad de un adolescente, por lo cual todos deberíamos ser conscientes”.

¿Cómo es el abordaje de la bulimia y anorexia desde la psicología?

“En general e placiente llega a la consulta acompañado por un padre. Suelen concurrir en primera instancia al médico o al nutricionista, y éstos se dan cuenta de que hay algo mas en ese paciente, que el simple hecho de querer cuidad su figura. Actualmente existe más apertura al acceso a las terapias, por lo cual los adultos se animan mucho más para llevar sus hijos a la atención psicológica. Sucede también que el mismo adolescente pide hacer una terapia, donde se animan a hablar de determinadas cuestiones. Es decir que no siempre vienen en la primera consulta con el tema instalado, sino que suele suceder a lo largo de las entrevistas. Son pacientes que sienten mucha vergüenza hasta que expresan que les está pasando algo  en relación a la comida. Se trata de tener una entrevista abierta, naturalizando el problema del adolescente, para conseguir que se sienta cómodo, que se relaje de tal forma que cuente todo lo que le está pasando en su vida. Se debe escuchar mucho, tratando de expresar la mayor empatía posible para que sea una charla normal y no forzada. Muchas veces cuesta  conseguir que un adolescente hable de sus cosas, por eso el profesional debe escuchar en silencio. El paciente llora, se recupera y empieza a contar su problema. Experimentan un alivio enorme cuando se dan cuenta de que no están solos y que existen soluciones. Alojar el sufrimiento es fundamental. Debemos dejar en claro que el mensaje es que el joven se anima a decir su drama y pida ayuda, como primer paso y gran desafío en una terapia. Saber que existe algo que molesta, que no lo quieren mas, es el primer síntoma del paciente que permite ayudarlo”.

¿Se advierte una confesión del mecanismo de vida del joven frente al plato de comida?

“Existen diferentes tipos de pacientes. Algunos con una anorexia nerviosa, cuentan un estilo de vida restrictivo, donde claramente esa persona no está comiendo, incluso ni siquiera bebe agua para evitar una distención abdominal y náuseas, lo cual es una situación verdaderamente extrema. En esos casos varia el síntoma, pero lo que no deja de estar es el trastorno de la conducta alimentaria. Para mejorar es necesario conseguir un vínculo de confianza con ese paciente. Muchos requieren internación para compensar la situación clínico primero, y después avanzar en lo demás. El acompañamiento de la familia es clave en el tratamiento. Se hace psico educación con el adolescente y su entorno a la vez. Hay sesiones donde evaluamos la incorporación de distintos actores profesionales que sumen en el tratamiento. Incluso se considera la intervención del psiquiatra, sobre todo donde existen pensamientos o actitudes suicidas recurrentes  en el adolescente. Con la medicación correspondiente, la intensidad de esos pensamientos baja, se logra una conciencia tranquila, y el paciente puede aceptar cada intervención que se haga en la consulta. Se pueden armar planes fabulosos, pero es importante que el paciente esté en condiciones de aceptarlas”.

¿De qué trata la psico educación?

“La hacemos los psicólogos y el nutricionista que claramente sabe mucho mas de alimentación. No es misión nuestra enseñarle a comer al joven, sino que estamos para escuchar todo lo que el paciente cuenta en relación a su comida: si comió o no, si vomitó, si se sintió mal, etc. Se implementan una serie de herramientas en torno a la imagen, dando información acerca de los hábitos alimentarios, y cómo es el funcionamiento corporal “.

¿Se trata de que la persona vuelva a encariñarse con la comida?

“Claro. Se pretende que ese adolescente se vuela a querer. Que se sepa que la comida no es el enemigo, sino el combustible para poder vivir. Debemos demostrar que se puede controlar ese plato de comida, con un millón de situaciones que no puede dominar, como el encierro en pandemia, que claramente elevó los diagnósticos de trastornos alimenticios. A muchos pacientes les cuesta ingresar al mundo adolescentes, y se manifiestan un tanto infantiles todo el tiempo. Suelen expresar situaciones familiares puntuales que pueden ser el disparador de su patología. Aparecen las respuesta a muchas preguntas que nos hacen avanzar en el tratamiento”.