El tabaquismo es una enfermedad crónica causada por la adicción a la nicotina, y exposición permanente a mas de 4.000 sustancias, muchas de ellas tóxicas y cancerígenas. Existen diferentes tratamientos para dejar el cigarrillo.

El tabaquismo produce mayor morbi-mortalidad. Aproximadamente el 33% de las enfermedades cardiovasculares se atribuyen directamente al consumo del tabaco. Entre las más frecuentes se destacan: cardiopatía isquémica, enfermedad cerebro vascular periférica, aneurisma de aorta y EPOC. “Debemos imaginarnos lo que significa el tabaquismo. Para graficar, si llenamos una habitación de personas que fuman, suponiendo que son jóvenes de 20 años de edad, podríamos asegurar que la mitad de los fumadores se va a morir antes de los 60 años de edad. Así refieren las estadísticas mostrándonos una realidad tremenda en relación al tabaco”, advierte el médico neumonólogo Adolfo Weimberg (MP 7.207).
En Argentina se mueren a causa del cigarrillo aproximadamente 40 mil personas por año, 150 personas por día. “Aparecen las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, pero sabemos que el tabaquismo influye en otras enfermedades fuera del aparato respiratorio, como distintos tipos de cáncer que se relacionan directamente con el habito de fumar”, afirma el especialista para INS.
¿Qué es el tabaquismo?
“Es la adicción al tabaco. Es un hábito que proviene de la Colonización donde la hoja del tabaco fue descubierta para fumarla socialmente. El tabaco contiene más de 4 mil compuestos, uno de ellos produce la adicción a la nicotina. Lo cual resulta de gancho para atrapar al consumidor. El fumador no fuma por adicción al tabaco, sino a la nicotina. Entre los compuestos del tabaco figuran varios de tipo cancerígenos, radiación y hasta veneno. Sabemos que el humo del tabaco termina produciendo enfermedades obstructivas, como el EPOC, que resulta causante de un sufrimiento muy grande al paciente, porque genera discapacidad, altera la calidad de vida, ya que ese individuo empieza a depender de provisión de oxígeno constantemente. Es una enfermedad progresiva que altera rotundamente la cotidianidad, hasta llegar a la muerte en las personas que la padecen”.
¿El tabaco es un estimulante?
“La nicotina es un estimulante por excelencia. Se trata de un tipo de excitante especial, al igual que la cafeína”.
¿Cómo es dicho proceso de adicción en el organismo?
“En el cerebro tenemos receptores para la nicotina que estimulan centros del placer. Generalmente la primera vez que una persona fuma siente asco. Al fumar cada vez más seguido se empiezan a activar determinados sistemas en el cerebro, donde aumenta el número de receptores de nicotina, entonces cuando esta sustancia falta, se produce lo contrario del placer, que es el síndrome de abstinencia. Lo cierto es que poco a poco el fumador ingresa en un lugar de trampa, de manera inconsciente, volviéndose victima de dicho mecanismo generado por el impacto de la nicotina en el cuerpo”.
¿Se analizan los factores que llevan a una persona a fumar tabaco?
“Lo primero que sabemos es que se trata de un componente que genera adicción en las personas. Sabemos que socialmente se apunta al joven, que parece más vulnerable, como para volverlo un cliente del cigarrillo, como una buena estrategia de venta”.
¿Qué tanto influye el entorno del fumador?
“Se ha visto que los hijos de fumadores también tienen la misma adicción. Al fumador pasivo le pasa lo mismo que a la persona que fuma. Es decir que recibe el humo de tabaco y genera los receptores de nicotina en el cerebro, como si estuviera fumando. Con lo cual se puede hablar de la genética asociada al tabaco, con la presencia de componentes vinculados que pueden salir a la luz en algún momento de la vida de esa persona que tiene padre fumadores”.
¿Cuáles son las patologías más comunes asociadas al tabaquismo?
“Vemos mucha gente joven con asma, a partir de que convive con fumadores. En edades más avanzadas se observan tumores de pulmón, y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Se trata de un daño progresivo que se genera en el pulmón, desde el momento en que la persona empieza a fumar, hasta que desarrolla la enfermedad. Generalmente se acercan a la consulta alrededor de los 50 años de edad, cuando esa persona empezó a fumar a los 25 años. El organismo tiene una capacidad de adaptación donde no es fácil percibir determinado daño que se va instalando de a poco. La persona va perdiendo capacidad respiratoria de manera progresiva, pero naturaliza de manera tal que se va adaptando inconscientemente. A veces un simple resfrío que se complica, puede ser el detonante para que esa persona advierta su problema de salud. Es una enfermedad que no se cura, pero sabemos que dejando de fumar se puede frenar su avance”.

¿Cómo es el proceso para dejar de fumar?
“Es un proceso que tiene una explicación biológica. Determinado por la genética, sabemos que algunas personas tienen más receptores de nicotina que otras. Esa es la razón por la cual existen dos grandes grupos de pacientes. Aquellos que dejan de fumar fácilmente, y los que les resulta un gran desafío. Aquella persona que se despierta y sale desesperado a buscar un cigarrillo, es aquel que posee muchos receptores de dicha sustancia. Las horas de sueño, donde bajaron los niveles de nicotina en sangre, generan el deseo inmenso de fumar. Y otras personas, en cambio, se despiertan y pasan horas hasta tomar el primer cigarrillo del día, son aquellos que tienen pocos receptores de nicotina”.
¿Existe el fumador social?
“Es un grupo de personas que quizás pasan toda la semana sin fumar, y lo hacen recién en una salida con amigos. Claramente son quienes tienen menor predisposición a la adicción al tabaco, al no sufrir la abstinencia”.
¿Es lo mismo fumar cinco cigarrillos que dos paquetes por día?
“Cuanta mayor dosis, más daño seguro. También puede ocurrir que en un terreno de especulación, en una primera etapa se pueda manejar una cantidad mínima de cigarrillos, y paulatinamente se pierda el control y se empieza a sumar más tabaco cada vez. Por eso se recomienda dejar del todo el cigarrillo”.
¿Se deja de tener dominio personal frente al tabaco?
“Al tratarse de una adicción la realidad indica que todo excede la voluntad de esa persona. La mayoría de los fumadores frente a un tratamiento para dejar el cigarrillo, no tienen la voluntad. Esas personas toman la decisión de dejar de fumar, quieren hacerlo, pero no tienen la fuerza para manejar la situación. Vemos enfermos internados con oxigeno, que se van al baño a fumar un cigarrillo y regresan a su cama. La adicción al tabaco maneja a las personas. Esta comprobado que la nicotina es más adictiva que la propia cocaína”.
¿Cómo se manifiesta el proceso de la abstinencia desde el punto de vista biológico?
“Se trata de una sensación absolutamente desagradable. Los pacientes relatan que todo empieza con un simple malestar, un nerviosismo que infiere deseos de fumar, hasta que aparece la irritabilidad, y esa persona empieza a reaccionar mal frente a los demás, con actitudes violentas. Se advierten diferentes grados de adicción con distintas maneras de reacción de parte del fumador”.
¿Entonces el cigarrillo tranquiliza?
“La nicotina es un excitante del sistema nervioso. No es un sedante en lo más mínimo. Sin embargo los fumadores describen que se calman al fumar, lo cual ocurre porque les quita la sensación de abstinencia”.
¿Qué resultados arrojan los tratamientos para dejar de fumar?
“Lo primero que debemos mencionar es que la persona quiera dejar de fumar. Está demostrado que cualquier tratamiento logra un éxito del 80%, aunque a los 6 meses muchas personas vuelven a fumar. Las estadísticas muestran que las personas que han hecho más intentos para dejar de fumar, a la larga dejan el tabaco. Es decir que en muchos casos se logra dejar de fumar absolutamente, luego de varios intentos”.
¿Cómo son los tratamientos?
“Aprobados por la ciencia médica existen tres posibles tratamientos. Encontramos el denominado reemplazo de la nicotina, donde se aplica la sustancia por otra vía, en forma de chicle, pastillas, parches, etc. Se reemplaza la nicotina que es la que genera la adicción, por otra fórmula que consigue una dosis equivalente a la cantidad de nicotina que el individuo tiene en la sangre, lo cual le hace sentir placer. La persona debe tener un plan si pretende dejar de fumar. Se necesita una guía, estar muy bien asesorado para conseguir el objetivo firmemente. También contamos con otros dos tratamientos que consisten en medicamentos, uno a base de un antidepresivo de larga data, que sirve para dejar la adicción al cigarrillo. Por último tenemos la opción más moderna, que consiste en una droga que se llama Vareniclina, que debe ser indicada por el profesional médico, ya que contiene diversos efectos adversos, algunas contraindicaciones con respecto a otros medicamentos, etc. Esta droga engaña al cerebro, dándole un mensaje de haber nicotina, cuando en realidad no la hay”.
¿De qué depende un tratamiento u otro?
“Depende del historial del paciente, de los antecedentes en relación a los intentos para dejar de fumar. Es muy común que muchas personas presenten trastornos nerviosos, para el cual usan determinado fármaco, o medicación psiquiátrica. Es un terreno muy delicado que debe evaluar el especialista para determinar el candidato para cada uno de los tratamientos “.