El Instituto Oncológico Henry Moore publica un resumen de 25 años de trabajo ininterrumpidos, por parte de un equipo multidisciplinario de profesionales dedicados a la asistencia e investigación del cáncer en nuestro país. La base de datos detalla 56.000 pacientes oncológicos, de los cuales se han tomado los últimos 12 años y 25.000 pacientes con sus datos relevantes al momento de la consulta, con resultados dignos de ser evaluados por el sistema de salud, como un llamado de atención en relación a la salud de la población en general.
En diálogo con INS el Dr. Ernesto Gil Deza profundiza aspectos relacionados con una situación desmejorada en torno a la prevención y diagnóstico del cáncer en Argentina a partir de la instalación de la pandemia, que causó una disminución notoria de consultas y chequeos, alejando a las personas de la detección temprana de distintos tipos de cáncer.
“Estamos observando que la pandemia nos retrotrajo 20 años. Existen en promedio 250 nuevos pacientes cada mes. Durante el aislamiento del 2020 ese número era de 100 pacientes por mes, que eran las cifran de 2001. Hasta el momento no hemos podido recuperar la situación mencionada. Al brindar asistencia a pacientes con obras sociales, con un número de beneficiarios que no ha cambiado significativamente, inferimos que estamos teniendo un déficit de pacientes que probablemente no han concurrido a estudios de prevención. Calculamos alrededor de 1,500 personas que tienen cáncer y no lo saben porque no se hacen controles recomendados. Es decir que son muchas las personas que no han recuperado el habito de auto cuidado luego de la pandemia”.
¿Se puede discriminar de qué pacientes se trata?
“El impacto más grande lo vemos en personas mayores. Notamos que la situación ha afectado a individuos mayores de 65 años. En la población en general, hemos observado que casi han desaparecido los tumores in situ, que son los más curables. Por lo tanto estamos viendo es que las personas verdaderamente no han ido a los controles, por eso encontramos cáncer en estadios más avanzados. Esto último es lo lamentable porque supone menos chances de curabilidad”.
¿Cuál es el primer aspecto que se rescata de la investigación realizada?
“Sabemos que esta situación tendrá un impacto en la vida de las personas. Necesitamos que transcurra el tiempo, quizás alrededor de 4 años, para conocer datos que muestren que la sobre vida de estos pacientes disminuya. Debemos salir de la inercia de la pandemia, que nos llevó a dejar de ir al médico. Hay que salir de ese miedo que paraliza y volver a cuidarnos para encontrar el diagnostico de manera más oportuna”.
¿Se ha modificado el sistema de salud a partir de la pandemia?
“Si, mucho. Todo esto influye en un diagnóstico temprano. La inercia no es solo de los pacientes. El sistema de salud debe volver a ser abierto y amigable. Es importante identificar las barreras que se le presentan a las personas, porque nuestra misión es servir, desde la prevención y en la cura de la mayoría de los pacientes. El impacto económico ha llevad a que mucha gente pierda su seguro de salud, es necesario saber que debemos optimizar los tiempos de la consulta, con turnos mas dinámicos, etc. Al aparecer este panorama donde muchas personas están al margen de los cuidados de su propia salud, es nuestra responsabilidad advertir acerca de lo qué está pasando”.
¿Cuál es la tarea a partir de ahora?
“Lo primero que hicimos fue informar a nuestros contratantes acerca de la situación. Con respuestas muy positivas ahora estamos en la tarea de difundir porque hemos perdido conciencia del tiempo transcurrido de la última consulta médica. A las distintas patologías sumamos un incremento notorio de la población con personas obesas severas, lo cual conlleva otras enfermedades. Por todo esto se deben recuperar los buenos hábitos, como no fumar, limitar la ingesta de alcohol, salir a caminar e ir a la consulta médica. Si no revertimos la conducta actual lo que pasará es que la pandemia se cobrará vidas por los malos hábitos, además de las muertes por el mismo Covid.”.
¿Qué factores externos pueden contribuir en la aparición de un cáncer?
“Si analizamos bien, el tabaquismo es el factor externo más presente para la aparición de un cáncer. Si nos planteamos cuánto disminuirían los cánceres al dejar de fumar, estamos hablando de alrededor de 17 tipos de cáncer menos en un 90%. Es decir que el tabaquismo es el factor oncológico más grave de toda la sociedad. El tabaco mata por año, más personas que todas las guerras juntas de la humanidad”.
¿Cómo debe ser esa lucha?
“La lucha contra el tabaquismo debe ser absoluta. Existen tres tipos de humos: el que inhala y exhala el fumador, responsable del cáncer de pulmón en la persona que fuma; el humo que es aspirado por el fumador pasivo, que implica una gran lucha social eliminando lugares donde no se puede fumar; y el tercer humo que es el que se deposita en los elementos dentro del espacio físico, por lo cual la casa debe estar libre de humo, porque este tercer humo concentra más elementos oncogénicos que los dos primeros”.
¿Qué otros factores se relacionan con el cáncer?
“Lo segundo es la lucha contra la obesidad que se vincula con los hábitos donde aparece lo dietético y el sedentarismo, que influye en el cáncer de mama, de colon, etc. Y otro factor importante es la exposición solar infantil. Sabemos que los niños menores de 2 años no deberían exponerse al sol, porque se observan quemaduras de primer o segundo grados, lo cual se traduce en un melanoma en la juventud de ese niño”.