De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada siete hombres en el mundo, es diagnosticado con cáncer de próstata a lo largo de su vida. En Argentina representa el 20% de todos los tumores malignos que afectan a varones (es decir 11.000 casos al año) y el 10% de la totalidad de casos de cáncer registrados en todo el país.
La próstata es una glándula situada en el aparato reproductor masculino, debajo de la vejiga y delante del recto. Tiene un tamaño aproximado al de una nuez, rodea parte de la uretra y produce el líquido para el semen. Las enfermedades de la próstata se dividen en dos grandes grupos: el de las enfermedades benignas (hiperplasia y prostatitis) y el de crecimiento maligno (cáncer). En tal sentido el médico urólogo Dr. Federico Rodríguez ( MN 12022 ) afirma que: “El cáncer de próstata es de los más frecuentes, se ubica en los primeros lugares en cuanto a número de casos y muertes anuales en todo el mundo, pero afortunadamente existen muchos tratamientos nuevos con excelentes respuestas. Esto implica que si el paciente hace las cosas bien, el cáncer pasa a ser una enfermedad crónica en lugar de ser una enfermedad mortal. Cuando se advierte algún cambio (en el laboratorio, o en la visión por ecografía), se pueden tomar las medidas pertinentes y ese hombre tendrá una expectativa de vida altísima e incluso, es muy factible que muera por otra causa distinta”.
¿El cáncer de próstata es la única patología asociada?
“La próstata presenta distintas patologías y el cáncer es la enfermedad de tipo maligno que se asocia a este órgano. También están las enfermedades benignas, es decir las que gozan de un tratamiento determinado y que no desembocan en una posibilidad de muerte del paciente. Se trata de dolencias que generan inflamación, dolor, molestias, dificultad para orinar, que claramente conviven y alteran la calidad de vida del paciente“.
Se sabe que a partir de los 40 años la próstata empieza a crecer por lo cuál cobra relevancia el diagnóstico precoz
“Exactamente. Empieza a crecer y a dar determinados síntomas. Algunas personas empiezan a los 40, otros a los 50 o quizás más adelante aún. Lo cierto es que en cada hombre el manifiesto es diferente, tanto los problemas prostáticos, que aparecen generalmente con muchos síntomas, como la enfermedad maligna, la cual en la mayoría de los casos, no presenta síntomas, porque cuando éstos aparecen estamos frente a una enfermedad que puede llegar a ser avanzada. Por lo cuál es muy importante empezar temprano con los controles pertinentes para definir tratamientos y que la situación continúe como una enfermedad crónica“.
¿Se consideran los antecedentes cercanos?
“El cáncer de próstata normalmente no presenta síntomas pero sí toman relevancia los antecedentes familiares o genéticos. Debemos saber que este tipo de cáncer se relaciona justamente con el paso genético de una persona a otra, es decir que la primera causa obedece a lo genético. No existen otros factores externos, como el tabaquismo, la exposición solar, u otros. El varón que tiene un padre o hermano con dicha enfermedad debe consultar y colaborar con un tratamiento precoz, asegurándose una buena calidad de vida, aún cuando aparezca una metástasis. Cuanto antes se identifica la enfermedad, más rápidamente vamos a tener mejores resultados a mediano y largo plazo“.
¿De qué trata la hiperplasia benigna?
“En las dos grandes divisiones están las patologías malignas y benignas. Dentro de éstas últimas aparece la hiperplasia prostática benigna que es la más frecuente, extremadamente común, no termina con la vida de ningún paciente, pero suele alterar su cotidianidad con la presencia de algunos trastornos. Lo importante es tratar inmediatamente para evitar complicaciones, como patologías renales, de vejiga, ect. La próstata genera un aumento en la presión de la vejiga y esto repercute en la vía excretora (uretra y riñones). En relación a las consecuencias, señalamos la insuficiencia renal crónica o aguda, y enfermedades infecciosas. Se puede describir como “un tapón” a la salida de la vejiga que no se vacía normalmente, por lo cuál aumenta el residuo. Es donde el paciente orina pero no consigue vaciar completamente, queda un pequeño “lago” de orina que es lo que causa la infección. El cuadro de situación es de mucha molestia porque la persona orina con dificultad, puede haber incontinencia (que se orine encima), debe levantarse muchas veces en las noches, lo cuál afecta el normal descanso. La “nicturia” (la expulsión involuntaria de orina durante la noche) es clave a la hora del interrogatorio al paciente, lo cuál es muy característico, al igual que la “urgencia miccional” que es el deseo repentino y de a cada rato, de ir al baño, lo cuál predispone mal en lo psicológico“.
¿Qué la causa?
“La hiperplasia está relacionada en primer lugar con el aumento de la edad del paciente. A mayor edad aparecen factores hormonales, o de estilo de vida, que causan el aumento de la próstata, aunque la causa no es precisa“.
¿A qué edad se manifiesta usualmente y en qué consisten los tratamientos?
“Generalmente es a partir de los 50 años, aunque a veces aparece en pacientes más jóvenes. Es decir que a los 80 prácticamente todos los hombres padecen esta enfermedad benigna. Su tratamiento es con medicación o cirugías. Existen distintas drogas. La más común (alfabloqueadores) trabaja desde el cuello de la vejiga y genera un aumento en el diámetro de su desembocadura. Es como que abre un pequeño embudo para poder orinar. Existen otros medicamentos que trabajan a nivel de hormonas, se va probando la dosis en cada paciente para evitar o reducir efectos colaterales (que se baje la presión arterial, mareos desagradables, por ejemplo). Tanto solos como combinados, lo importante es que el abanico de medicamentos se puede adaptar a cada paciente. Otra opción son las alternativas quirúrgicas. Dentro de éstas están las tradicionales (a cielo abierto), las modernas que obviamente son mucho más costosas, (con láser, con tecnología bipolar). Todas intentan reducir el tamaño de la próstata para que mejoren los síntomas, aunque no todos los pacientes toleran dichas técnicas, debe considerarse un contexto de cosas, como por ejemplo el tamaño que ha logrado la próstata“.
¿Existe implicancia en la intimidad del paciente?
“Habitualmente no presenta mayores consecuencias en este terreno. Pueden aparecer trastornos en la eyaculación (disminución en el volumen, ardor, molestia) pero que no generan problemas graves“.
¿De qué trata la prostatitis?
“Es una enfermedad benigna que suele ser muy común en hombres jóvenes (20 años). Se trata de una inflamación de la glándula prostática que obedece a causas infecciosas (no de tipo infectocontagiosas), por gérmenes que colonizan la próstata y presentan síntomas agudos o crónicos. La prostatitis aguda es cuando los síntomas aparecen de golpe, con molestias, dolor, dificultades para orinar, sensación de pesadez en la zona del perineo (entre el ano y los testículos), que se manifiesta a través de un calor notorio y un permanente deseo de orinar. Generalmente se trata con antiinflamatorios y antibióticos bien seleccionados (porque no todos llegan a la próstata) por períodos largos. Se trata de procesos que suelen volver un tiempo después, por lo que se encara un nuevo tratamiento y, aún así, regresa nuevamente, entonces hablamos de una prostatitis crónica. Es muy común “sentir” la próstata todo el tiempo, esta es la gran característica, por lo que se recurre al masaje prostático (con un dedo dentro de la cola del paciente), el cuál genera una disminución de la inflamación y un gran alivio para el hombre. También existen prostatitis generadas por determinados tratamientos, como la radioterapia, donde los síntomas obedecen a dicho proceso“.
¿Qué es el cáncer de próstata?
“Es un cáncer que puede ser mortal si no se trata. Los tratamientos pueden ubicarse en la radioterapia, hormonales, o cirugías. Esta instancia se define según el tipo de células que presente la enfermedad maligna, y a partir del tamaño del tumor. El mismo puede estar localizado o bien ser generalizado“.
¿Presenta síntomas?
“El cáncer de próstata tiene como gran característica que no genera síntomas. El paciente se confía porque se siente bien y no concurre al médico. El problema es que cuando la enfermedad empieza a mostrar síntomas, se ubica en un estadio avanzado. La diferencia entre las patologías benignas y el cáncer está dada por el lugar donde se origina, este último empieza en su mayoría, en la parte de transición de la glándula prostática, que está alejada de la uretra, hacia fuera. Cuando empieza a desarrollarse ese pequeño tumor no ofrece síntomas, aunque evidentemente la enfermedad ya tiene presencia“.
¿En qué consisten los controles periódicos?
“El análisis del PSA (busca la presencia del cáncer antes de que se produzcan síntomas), la ecografía y el tacto rectal( que permite evaluar el tamaño, la sensibilidad, la presencia de nódulos y la consistencia ). Se hacen de manera periódica. Si hay antecedentes se recomiendan a partir de los 40 años, si no existe familiar directo con este cáncer, es a partir de los 50, una vez por año, o cada seis meses, según el caso“.
¿Son estudios invasivos?
“Estos controles involucran mucho el pudor del paciente consultante .El simple hecho de concurrir al urólogo genera nerviosismo porque claramente involucra su parte íntima. Pero hay que saber que se trata de un simple análisis de sangre, una ecografía y el tacto rectal que no se emplea para todos los pacientes en general, sino en aquellos que reúnen determinadas condiciones que el mismo médico observa. Es un examen físico y es tan importante como los otros dos, es decir que son complementarios. Se considera especialmente revisar al paciente, observar cómo camina porque quizá exista una incomodidad física que se denote en su andar“.