Si bien es cierto que en invierno debe haber un aporte calórico mayor, con la excusa de “calentar nuestro cuerpo” solemos incrementar el consumo de alimentos ricos en carbohidratos y grasas y se suele dejar de lado las verduras crudas y las frutas frescas. No siempre pasamos el día expuestos a la temperatura real a la intemperie. Muchas veces podemos estar bajo calefacción o acondicionados con una temperatura agradable para nuestro cuerpo. Por tal motivo, no es necesario incrementar de forma sustancial la cantidad, ni calidad de los alimentos.
Por: Carolina Caligiuri, Lic. en Nutrición M. 4797 https://www.instagram.com/liccaligiuri/?hl=es-la
Siguiendo estos sencillos consejos podemos proveer a nuestro organismo de buenos nutrientes que nos permitan disfrutar del invierno y seguir cuidándonos a la hora de combatir el frío:
- Es importante que la mayoría de las comidas sean calientes, ya que brinda calor al cuerpo y nos genera sensación de saciedad.
- Si vas a realizar algún deporte o vas al gimnasio y salís tarde, deberías tener prevista una cena, lo que en muchos casos no ocurre, y acabamos improvisando algún plato “vacío” en nutrientes y poco saludable. De esta manera se debilita nuestro sistema inmunitario y sentirás más frío. Son muy comunes las comidas frías o a consumidas a temperatura ambiente. Por ej. Sandwichs.
Recomendaciones para incluir en la rutina alimentaria:
Infusiones: Excelentes aliadas para combatir el frio y mantenernos hidratados. El consumo de agua suele disminuir también en invierno ya que no hay tanta sensación de sed. Mate cebado, mate cocido, te o café son ideales. Cuidado con el exceso de azúcar y de cafeína. Podes agregar leche caliente y aumentás el consumo de calcio y proteínas.
Legumbres: Altas en calorías, fibra, hierro y proteínas. No es necesario elaborar grandes y contundentes guisos con embutidos ricos en grasas. Podemos agregar nutrientes y pocas calorías con gran variedad de vegetales cocidos y realizar un plato único completo.
Sopas: Pueden ser de calabaza, zanahoria, tomate, zapallo o de cualquier verdura. Podés agregarles semillas o queso descremado para hacerlas más nutritivas.
Cítricos: Comprobadísimo que la vitamina C fortalece el sistema inmunológico, lo que hará que estemos protegidos de muchas enfermedades a las que nos exponemos en el invierno.
Pescados azules: En estos meses estamos menos expuestos al sol, por eso la importancia del consumo de estos alimentos por su aporte de vitamina D. Entre estos pescados encontramos al salmón, bonito, sardina, arenque, anguila, caballa y jurel entre los más conocidos.
Frutos secos: Basta un puñadito (30 gs. diarios) para incrementar el aporte calórico de la dieta, aportar ácidos grasos, combatir las bajas temperaturas y mantener el peso corporal de forma saludable.
Jengibre: Aumenta la temperatura corporal, como ocurre con los picantes, tiene bajo aporte calórico y además es antiinflamatorio. Ideal para combinar con diversos alimentos como el pollo, infusiones como te, mate y se le puede agregar limón para aumentar el consumo de Vitamina C.
Cuidado con el mito del alcohol: Los efectos sobre nuestra temperatura corporal son engañosos. Produce una sensación momentánea de calor al dilatar los vasos sanguíneos y dirigir la sangre hacia la superficie de la piel, pero en poco tiempo la temperatura interior del cuerpo disminuye y se siente más frío. Además puede producir deshidratación.