Las personas trans pueden cambiar su nombre, foto, sexo del DNI y acceder en el sistema de salud pública (también por Obras Sociales y Prepagas), a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas para cambiar de sexo y reafirmar la identidad autopercibida, sin necesidad de una autorización judicial.
Por Cristina Cartier
De a poco se están afianzando conceptos profesionales para dar respuestas a la gran demanda del sector, a través de la formación de equipos médicos especializados atentos a las múltiples exigencias del momento. Esto implica acondicionar y reequipar salas de quirófano, mantener actualizado a los especialistas, y aceitar un mecanismo de acercamiento para los pacientes que desean una cirugía de reasignación de sexo. En adhesión a la Ley Nacional de igualdad de género (26.743) varias provincias argentinas (Mendoza, Santa Fe, Neuquén) fortalecen la atención integral que engloba a travestis, transexuales y transgénero, con lo cual se busca aumentar la cantidad de cirugías e incluir las más complejas. Si bien la realidad de la pandemia postergó el deseo de muchos, la lista de espera en algunos lugares del país, despierta la inquietud y el objetivo de pacientes y profesionales de salud. El Doctor Matias Caradonti (MN 139200) es Médico Urólogo y cirujano y refiere todo lo relacionado a la innovación de cirugías de transgénero en el Hospital Santojanni de Buenos Aires afirmando: “Como profesional de salud, sabemos que son experiencias muy enriquecedoras porque se trata de desafíos que generan una expectativa importante”.
¿En qué consiste este tipo de cirugías?
“Es una intervención que en el ámbito médico se conoce como genitoplastía feminizante (cuando se hace en genitales masculinos al nacer para readecuar a femeninos), y genitoplastía masculinizante (cuando readecuamos genitales femeninos al nacer a masculinos). En el primer caso se genera una neovagina (cavidad), se retira el pene, y con la piel del mismo y parte del escroto se genera el revestimiento. Con un segmento del glande, que es la parte eréctil del varón, se hace el neo-clítoris. La mayoría de estas intervenciones tienen muy buenos resultados ya que el paciente no pierde nunca la sensibilidad y la posibilidad de seguir manteniendo relaciones íntimas. Se trata de una cirugía muy desafiante porque representa diversas complicaciones, muchos pasos técnicos, por eso siempre es muy importante atender detalles de los preparativos del post operatorio“.
¿Es fundamental conformar equipos médicos para la atención del paciente que se somete a este tipo de intervenciones?
“Lo más complejo es justamente tener un equipo multidisciplinario porque la cirugía por si sola es un procedimiento quirúrgico y punto. Pero los pacientes trans demandan, no solamente terapia quirúrgica, sino también terapias hormonales, asistenciales, o de trabajo social. Es importante saber que no todas las personas requieren lo mismo, por lo cual el profesional debe estar muy preparado y atender los requerimientos del paciente. Algunos piden labios mayores, o piden poder orinar por el falo (pene) o no. Es decir que este mundo tan complejo de necesidades requiere de una preparación acorde, siempre basándose en lo que sea mejor para ese paciente”.
¿Existe una preparación psicológica para el paciente?
“En Argentina desde el 2009 con la sanción de la Ley de identidad de género, se sabe que todo paciente mayor de edad que desee conformar tratamientos hormonales o quirúrgicos, con presentar un consentimiento informado basta para ser operado. Y desde el punto de vista médico existen distintas aristas que deben ser evaluadas. En el caso de los chicos trans (con genitales femeninos que pretende los masculinos), antes de ser intervenido debe ser hormonizado con testosteronas, para lograr la hipertrofia (aumento) de clítoris y demás. En el caso contrario (las chicas trans) no es necesario este procedimiento. En líneas generales se sabe que no es una condición para la operación, tener una evaluación psicológica. Lo que resulta muy importante es que, en dicho grupo de profesionales, se pueda contar con psicólogos y trabajadores sociales porque se trata siempre de pacientes que llevan años esperando esta instancia de vida, con problemas concretos que el último tiempo felizmente se han visualizado mucho más. Lo cierto es que estas connotaciones se deben considerar como un contexto especial del paciente, y la terapia con psicólogos resulta un sostén en la espera y el proceso para acompañar cada etapa antes de operarse”.
¿Estamos hablando de personas que nacen en un cuerpo que no sienten propio?
“Exactamente. Es clave entender este concepto para responder adecuadamente a esa persona que se siente extraña con el cuerpo con el que nació. Existen países donde se perita para lograr la aprobación para la operación. En nuestro país es absolutamente diferente, ya que la nueva ley es pionera, lo cual hace que se instale en otras partes del mundo“.
¿Cuándo empezó la experiencia de estas operaciones en Argentina?
“En el Hospital Santojanni iniciamos hace unos años estas cirugías. Hemos conformado un equipo especial multidisciplinario, integrado por psicólogos, trabajadores sociales, ginecólogos, cirujanos plásticos, infectòlogos, administrativos y urólogos. El concepto de este comité de trabajo es incluir a los pacientes para que sean parte del sistema público. Ante la gran demanda, sabemos que la oferta es muy baja. Entonces nace este grupo de trabajo con la ayuda de las distintas autoridades, que nos permiten desarrollar libremente, cosas nuevas para que el servicio sea cada vez más eficiente. Empezamos con un primer paciente trans a quien le conseguimos un lugar para vivir y un trabajo. Era una persona víctima de trata de blanca, muy maltratada por su entorno familiar, vivía sola en una pensión. Felizmente pudo cumplir su sueño de operarse, y además se logró una inclusión social que termina de completar esa historia de vida en particular. Son personas sufridas que necesitan ser tratados como seres humanos. Este tiempo hemos conseguido que no sean mirados como un bicho raro en un hospital de agudos. Hoy entran y nadie los observa, son un paciente más que concurre a buscar soluciones como los demás. Se los trata como quieren ser llamados, se los incluye donde ellos desean, lo cual demuestra el trabajo en equipo para generar la conciencia de aceptación que se requiere. Hemos organizado charlas educativas y es muy saludable ver como todo se naturaliza donde algunos vienen por fiebre, y otros por una cuestión de hormonas o de cirugías”.
¿Cómo es la cirugía, cuanto tiempo tarda y cómo es el post operatorio?
“La cirugía feminizante implica cerca de 4 horas en quirófano. Cabe señalar que al principio estas intervenciones nos tomaban alrededor de 7 horas. Como todo procedimiento requiere de los prequirúrgicos, se corrigen las alteraciones que pueda llegar a presentar el paciente, se hace la intervención con todas las técnicas y el paso a paso de rigor. Una vez operado el paciente, permanece con un tutor dentro de la neo-cavidad, cuatro o cinco días acostado, lo cual permite que el tejido cicatrice correctamente. Actualmente se consiguen unos stents de Europa que facilitan el proceso para que la persona se pueda parar más rápidamente, ya que de lo contrario se cae, es como un prolapso en una mujer. En si la cirugía es muy artesanal, no corre riesgo la vida del paciente, y tiene ciertas complicaciones y lo más molesto es el postoperatorio. En la cirugía masculinizante es más complejo aun, porque en la gran mayoría se saca el útero, ovarios y cuello uterino, luego se hace el falo, que es el órgano que posteriormente con una prótesis puede lograr la penetración, contemplando la variabilidad de si el paciente prefiere orinar de pie o no. En promedio conlleva seis o siete horas de intervención. Una vez intervenido, luego de 4 días se hacen los controles cada 48 u 72 horas, hasta constatar la evolución y más adelante hacer otra operación para la colocación de prótesis de testículos y de falo”.
Este último ejemplo parece más traumático que el anterior. ¿Cómo se gestionan las prótesis?
“Ese es un gran problema. La realidad muestra que una cosa es la ley y otra cosa son los pasos que deben darse. Se señala formalmente que estas cirugías están dentro del plan médico obligatorio, lo cual significa que es el Estado a través de los hospitales públicos, o a través de las obras sociales o prepagas, quien deberían cubrir cada instancia de la cirugía. Acá es donde se complica porque se necesitan elementos muy caros, que en el práctica sabemos que se entregan después de mucho insistir. Todos los elementos que se utilizan tiene precio dólar, solo una empresa diseña y comercializa una prótesis determinada, es como un cilindro que hace la forma del glande y se cubre, pero no es una tarea fácil“.
¿Cómo es la cirugía de reducción mamaria?
“Normalmente se encargan los cirujanos plásticos junto con los ginecólogos. Se trata de una mastectomía común y corriente y luego la intervención de tórax masculinizante. A veces se intenta generar mayor masa muscular en esa zona. Se interviene tanto la parte facial como los glúteos para readecuar el cuerpo a la necesidad de la persona“.
¿Cuáles son los resultados que se obtienen? ¿Se requiere de nuevas intervenciones para corregir?
“En el caso de chicas trans hemos aprendido que todo se vincula a la neo-vagina, ya que están habituadas a las relaciones íntimas por la parte anal, donde no hay tope, como sí ocurre a nivel de la neo-vagina, por lo cual es muy importante que este detalle se entienda bien. La vagina es un fondo de saco, entonces deben saber cómo es el mecanismo. En relación a los resultados erógenos, estamos muy contentos porque todas las mujeres quedan con sensibilidad, eyaculación, orgasmos, y esto es algo que las emociona, y para nosotros es una gran satisfacción el hecho de poder generar fisiológicamente, algo similar a lo que experimenta una chica con genitales femeninos al nacer. Los labios mayores que se conforman con una parte del escroto y prepucio los menores, siempre presentan detalles cosméticos, pero lo más importante es lo funcional, que puedan orinar sentadas. Es decir, tanto en lo sexual como en lo funcional, existe un aspecto muy similar. En cambio, en los chicos trans es más complejo todo, ya que se usa algo que no hay (el falo-pene) y entonces se toma de distintas partes del cuerpo, por ejemplo, del abdomen, antebrazo o de la espalda o el muslo. Esto implica distintas características, con riesgo de que el tejido se caiga, y otras cuestiones. Cabe señalar que cada paciente elige el tamaño y hay que considerar como acciona el mecanismo, considerando la parte anatómica o funcional. Es fundamental una entrevista con el paciente para evacuar todas las dudas antes de la operación, donde el médico explica cada detalle por partes. Es un gran aprendizaje para nosotros con la dinámica de la realidad. Otro detalle importante es entender que los genitales quedan en los pacientes trans cómo la próstata, por lo cual esa persona debe hacer los controles de rigor después de los 50 años, como se recomienda siempre para cualquier varón para la prevención de cáncer de próstata. En relación a los chicos trans muchos no desean sacar el útero y los ovarios, por lo cual también se aclara que deben hacer los estudios ginecológicos preventivos“.