El herpes labial, también conocido como “boqueras” o “fueguitos”, es una infección viral frecuente que se localiza en los labios o alrededor de ellos, producida por el herpes virus simple. Más del 60% de la población menor de 50 años presenta infección por este virus, y la gran mayoría se contagia antes de los 20 años, generalmente niños entre 1 y 5 años de edad que presentaron lo que se conoce como “primoinfección herpética”. La Dra. Silvina González (MN 82950), Médica de planta del Htal. de Clínicas a cargo de la sección Estomatología, responde todas las dudas de esta patología habitual.
Ph.: Htal . de Clínicas

¿Cuáles son los síntomas?

Frecuentemente se tienen síntomas previos a la aparición de las lesiones (1-3 días), como ardor, hormigueo o picazón, por lo que decimos que el herpes “toca el timbre”. Aparecen luego vesículas (ampollas pequeñas) en forma de ramillete, que rápidamente se rompen y forman erosiones (llagas) de forma irregular, con dolor de leve a moderado, que pueden edematizar o inflamar la zona. Este cuadro es autoinvolutivo, o sea, que evoluciona por sí mismo con o sin tratamiento en el transcurso de 5 a 7 días, seguido de períodos asintomáticos que dependen de las causas que lo desencadenan .

¿Qué lo desencadena?

La causas son múltiples y podemos destacar períodos menstruales, cuadros febriles, estrés emocional, traumatismo físico (intervención dental, mordida), exposición solar, inmunodepresión“ .

¿Cómo se contagia?

El herpes labial puede contagiarse por contacto cercano con una persona infectada o tocando una lesión de herpes (por ejemplo, al besarse), o cuando se usa algún objeto personal de un contagiado con lesiones activas de herpes (máquinas de afeitar, toallas, vasos). Los padres pueden transmitirles el virus a sus hijos durante las actividades diarias regulares o al besarlos. Generalmente, lo causa el virus del herpes simple tipo 1 (del ombligo para arriba), y menos comúnmente por el virus del herpes simple tipo 2 (del ombligo para abajo). Estos dos virus pueden afectar la boca o los genitales y pueden transmitirse a través del sexo oral, por lo tanto, es conveniente evitar realizarlo si se presentan lesiones porque se podría contagiar el virus a los genitales. Tanto el virus del herpes oral como el del herpes genital algunas veces se pueden transmitir incluso si no hay lesiones visibles en la boca .

¿Hay tratamiento?

No hay cura para el herpes labial, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los brotes. Los antivirales por vía oral (comprimidos) o por vía tópica (cremas antivirales) recetados por el médico pueden ayudar a que las lesiones se curen más rápidamente y se pueda reducir la frecuencia, la duración y la gravedad de futuros brotes. Algunos “tips” que pueden ayudar incluyen el aplicar hielo o refrigerante sobre las lesiones, evitar comidas picantes o saladas y bebidas ácidas, lavar suavemente la zona con agua y jabón para impedir la sobreinfección por los gérmenes locales, y de ser necesario, tomar un analgésico (paracetamol) .

 ¿Cómo se hace el diagnóstico?

Generalmente, el médico puede diagnosticar el herpes labial con sólo observarlo. Para confirmar el diagnóstico, el médico podría tomar una muestra de la ampolla para analizarla en un laboratorio. También se puede realizar serología, pero lo correcto es hacer la extracción de sangre durante el episodio, que es el momento en el que se va a encontrar la inmunoglobulina positiva (Ig M) .

¿Cuándo tengo que consultar al médico?

El herpes oral por lo regular desaparece por sí solo en 1 o 2 semanas. Sin embargo, la infección puede ser grave y peligrosa si no desaparece después de 2 semanas, si se presenta en o cerca de los ojos, o si se tiene un sistema inmunitario debilitado a causa de ciertas enfermedades o medicamentos .

¿Cómo lo puedo prevenir?

Con la aplicación de bloqueador solar en los labios antes de salir al aire libre, humectación labial para evitar resecamiento, no mordisquear los labios, no apretar “granos” en la zona perilabial .