La obesidad puede llevar a complicaciones metabólicas, como aumento de los niveles de colesterol y triglicéridos, aumento de la presión arterial, diabetes, enfermedad cardiovascular, enfermedad cerebrovascular, trastornos en el sueño, alteraciones osteoarticulares entre otras.
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La obesidad es una enfermedad que se caracteriza por un incremento en el porcentaje de grasa corporal cuya magnitud y distribución condiciona la salud del individuo y determina, junto a otros factores de riesgo (presión alta, colesterol elevado; tabaco, sedentarismo), mayor predisposición para contraer enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer y otras complicaciones a la salud. El próximo lunes 6 de marzo de 10 a 12 hs en la planta baja del Hospital de Clínicas se llevarán a cabo talleres y charlas orientativas sobre concientización de la obesidad destinadas a la comunidad en general.

Gustavo Frechtel jefe de la División Nutrición del Hospital de Clínicas señala que:“Las enfermedades crónicas no transmisibles constituyen la principal amenaza para la salud y equivalen al 71% de las muertes que se producen en el mundo por año. En Argentina estas enfermedades son responsables del 73% de las muertes. Se estima que 1 de cada 5 muertes a nivel global son atribuibles a una alimentación inadecuada. La obesidad en adultos es uno de los factores determinantes que explican el crecimiento de las principales causas de mortalidad y morbilidad en el mundo y se calcula que es causa de 4 millones de muertes al año”,

¿Cómo nos podemos dar cuenta cuando se padece de obesidad?

A través del índice de masa corporal (IMC), que establece la relación entre el peso de un individuo y el cuadrado de su talla. También la medición de otros parámetros, como ser el perímetro de la cintura o el porcentaje de masa grasa corporal, que son muy útiles al momento de evaluar nutricionalmente a un individuo y establecer si presenta mayor riesgo de enfermedad cardiovascular u otras enfermedades metabólicas como diabetes”.

¿Cuáles sonlas principales causas de la enfermedad?

”La mayoría son prevenibles e incluyen el exceso de calorías aportadas por dietas con abundantes alimentos con alto grado de procesamiento en su elaboración (ultraprocesados), el aumento de la ingesta de azúcares, grasas, bebidas azucaradas, y la disminución del gasto de energía, como en el caso de quienes tienen conductas sedentarias. A su vez, se deben añadir otros factores como la predisposición genética y algunas enfermedades en particular”.  

La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo indica en sus distintas ediciones que el consumo de frutas y vegetales permanece estable y por debajo de las recomendaciones de al menos cinco porciones diarias. Sólo el 6% consume las cinco porciones de frutas o verduras recomendadas. Respecto al consumo de azúcar, nuestro país se encuentra en el cuarto lugar de mayor consumo de azúcares en el mundo. Las bebidas azucaradas representan aproximadamente el 40% de este consumo. En tanto, el consumo de sal en nuestro país ronda los 11 gramos diarios, mientras que la recomendación de la OMS es de hasta 5 gramos diarios.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018, la prevalencia del exceso de peso por autoreporte fue mayor en hombres (68,5%), que en mujeres (55%). El autoreporte de obesidad determinó que 1 de cada 4 argentinos tiene obesidad. El especialista destaca que para prevenir la obesidad resultan fundamentales todas las intervenciones tendientes a prevenir el exceso de peso: “ya sea en forma individual, a través de controles clínicos periódicos, como a nivel poblacional. En 2016, se creó el Programa Nacional de Alimentación Saludable y se publicaron las guías alimentarias para la población argentina, que establecen estándares para capacitación en educación alimentaria y para diseñar y poner en práctica, políticas alimentarias”.

Los hábitos saludables que pueden ayudar a la prevención incluyen

-Realizar cuatro ingestas por día, incluyendo alimentos variados: cereales, frutas, vegetales, lácteos, huevos, carnes blancas y rojas, aceite de oliva.

-Beber abundante cantidad de líquidos, preferentemente agua.

-Descanso nocturno.

-Realizar caminatas diarias de 20/30 minutos en lugares abiertos y con fines recreativos.