Las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia son cada vez más frecuentes en adultos mayores. La Organización Mundial de la Salud estima que entre el 5% y el 8% de los mayores de 60 años tienen demencia.
Por Cristina Cartier
Existen diversos factores de duda en relación al Alzheimer para la ciencia médica, entre los cuales se encuentra la genética. Hasta el momento se han identificado alrededor de 75 genes asociados con un mayor riesgo de demencia, a partir de análisis del genoma de 100.000 personas con enfermedad de Alzheimer y 600.000 personas sanas. Se estima que el sistema inmunitario estaría vinculado a estas enfermedades, en base a una respuesta “demasiado agresiva” de las células del cerebro (microglía). En otras investigaciones se concluye que existe vínculo entre la depresión y el Alzheimer, donde la memoria de los pacientes decae más rápidamente.
El Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores. ”Comienza lentamente, primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Se conoce que los pacientes pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente, o los nombre de personas que conocen”, explica la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos.
Los síntomas del Alzheimer empeoran con el paso del tiempo. Se mencionan entre los principales la pérdida de la memoria y la confusión. Los pacientes presentan dificultades para hablar, leer o escribir. Pueden olvidarse aspectos de la vida cotidiana, como cepillarse los dientes o peinarse el cabello, así como pueden volverse ansiosos o agresivos, o deambular lejos de casa. La situación empieza a complicarse de tal forma, que se convierten en personas que necesitan cuidados totales. Si bien se trata de una enfermedad que no tiene cura, los medicamentos y las estrategias de control pueden mejorar los síntomas temporalmente. Se trata de una dolencia que los especialistas suelen diferenciar en cinco etapas muy claras: la preclínica, de deterioro leve, de demencia leve, moderada y finalmente de tipo severo.
La enfermedad de Alzheimer no se puede prevenir, pero si es factible modificar factores de riesgo en el estilo de vida de las personas. En tal sentido la psicóloga especialista en tratamientos para personas con dicha enfermedad, la Licenciada Belén Grecco (MP 0848) asegura para INS que “En relación a los tratamientos para el Alzheimer, tanto farmacológicos como el resto de las alternativas, tales como la estimulación cognitiva, la actividad física, el arteterapia, etc., sirven para ralentizar la enfermedad o detenerla, lo cual resulta un objetivo altamente deseado. Es decir, se pretende que la enfermedad no avance, o que lo haga lentamente. Estamos frente a una patología relacionada con la neurodegeneración, donde se presenta un proceso que no tiene cura. Hasta el momento la ciencia médica no ha logrado hacer que desaparezca la sintomatología por completo. Por ahora los especialistas nos conformamos con ralentizar la enfermedad o detener el avance de síntomas”.
¿Se plantea incluir actividades artísticas para mejor los cuadros de pacientes con Alzheimer?
“Son herramientas ampliamente utilizadas para estos pacientes. Es cierto que el arte reporta beneficios ante cualquier dolencia, porque mejora el estado anímico de las personas en general. Si bien contamos con pocos estudios científicos que den cuenta de la efectividad concreta, podemos comprobar a lo largo del tiempo que las actividades artísticas mejoran la sintomatología. Tenemos un abanico muy amplio de posibilidades para implementar, ya que se puede optar por el arte plástica, las escénicas, todo lo relacionado a la música en general. Cualquier opción resulta muy importante en el acompañamiento de la enfermedad porque estamos utilizando impulsos creativos que generan neuroplasticidad, por lo cual se considera una estrategia muy bienvenida para los pacientes con Alzheimer porque se generan nuevas conexiones neuronales, lo cual es muy positivo en todo sentido. El resultado se advierte a nivel cognitivo, ya que mejora la concentración, la atención, etc. Este tipo de patologías tiene mucha relación con la parte emocional del paciente, por lo cual el arte es fundamental en estos casos, donde se mejoran notablemente las habilidades interpersonales”.
Novedades: una aplicación detecta demencia senil o Alzheimer
La Universidad de California ha desarrollado una aplicación que puede reconocer información básica sobre las funciones neurológicas de una persona al observar el tamaño de la pupila. Se trata de un aporte importante de la tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades neurodegenerativas, ahora con la posibilidad del autodiagnóstico de una manera sencilla. ”Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, estoy entusiasmado con el potencial de usar esta tecnología para llevar la detección neurológica fuera de los laboratorios clínicos a los hogares”, explica Colin Barry, referente del descubrimiento. ” La novedad consiste en una aplicación que utiliza una cámara infrarroja cercana de un teléfono inteligente para observar la pupila de una persona. De esta manera se puede calcular con precisión submilimétrica, comparable a un metro pupilar”, detallan los creadores del nuevo recurso de diagnóstico.
Impacto en las redes sociales
El mendocino Mauricio Alonso publicó recientemente un video donde mantiene una charla con su padre quien sufre Alzheimer. Francisco, de 80 años, padece la enfermedad desde 2018 y el momento de la intimidad familiar, tiene cerca de 2 millones de reproducciones en las redes sociales. La imagen que rápidamente consiguió popularidad, muestra el vínculo entre padre e hijo, dejando en evidencia el rol fundamental del entorno afectivo del paciente. “Mi padre a veces olvida mi nombre”, señala Mauricio en pleno gesto de complicidad con su padre y el Alzheimer.
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