El mundo de las redes sociales forma parte de la vida de las personas como algo natural en los tiempos que corren. En los adolescentes, que suelen sumar muchas horas de exposición frente a los dispositivos, existe gran preocupación, por cuánto pueda afectar su salud mental el simple hecho de navegar por internet. La OMS ha señalado que pueden aparecer afectaciones varias, sobre todo en personas con cierta predisposición a problemas de salud mental, donde se menciona: pérdida del sueño, frustración, ansiedad, y hasta la depresión.
Por Cristina Cartier
INS consulta a la psicóloga Eugenia Neffe (MP 1.262) al respeto del impacto del uso excesivo de redes sociales en la salud mental de los jóvenes: “Las redes permiten tener otro tipo de vínculo a los adolescentes. Es posible crear una identidad digital, que aprenden a construir, la cual muchas veces está muy alejada de la realidad, de las vivencias, de sus valores y construcción de principios, lo cual genera diversos conflictos”.
¿Cómo funciona ese mundo de los adolescentes en redes sociales?
“Cuando los adolescentes se empiezan a vincular a través de cualquier tipo de red social, eligen la manera de mostrarse. Suben lo que hacen, lo que no hacen, usan filtros para sus fotos, lo cual los conduce a cómo desean verse, que ciertamente está muy alejado de la realidad. Entonces, se generan sentimientos de frustración e inseguridad a la hora de establecer relaciones personales. Las comunicaciones se realizan según el estado emocional, publicando según un impulso, o simplemente eligiendo sólo responder posteos de otros. Lo cierto es que no logran aprender a lidiar con las habilidades en la vida social, para hablar, gestionar algún problema, o lo que fuere. Actualmente una de las grandes dificultades pasa por no poder aprender a vincularse con los demás, porque no existe el dialogo frente a frente, por lo cual no se aprecian los gestos al hablar, y todo lo que se pueda interpretar en un encuentro personal”.
¿El adolescente se inventa un mundo de fantasía de manera inconsciente?
“Cuando se muestran en las redes sociales, generalmente se inventan situaciones de cómo quieren ser vistos. Al tiempo de encontrarse personalmente con otros, resulta que no es aquello que se mostró en las redes. Lo mismo pasa al mirarse al espejo, aparece una imagen totalmente diferente, sin filtros, lo cual genera mucha angustia y ansiedad. Debemos señalar que en la adolescencia la construcción de la identidad ocurre entre pares. En los grupos de amigos el joven toma lo que desea para sí mismo. No siempre lo que vemos es lo que es. Existe mucho “parecer” en las redes sociales, lo cual genera un circuito de ansiedad y frustración constantes. El joven está todo el tiempo haciendo comparaciones con los demás, sintiéndose menos en muchas ocasiones”.
¿Existen códigos especiales latentes?
“Un estudio reciente muestra dos imágenes, donde la gente respondía más a la de mayor cantidad de likes, que a la otra. El mismo experimento se hizo cambiando las fotos, logrando el mismo efecto: la mayoría de los jóvenes reparan en la imagen más celebrada. Esto refleja la manera en que se comporta la comunidad en redes. Se sienten más identificados con el exitismo más que por un contenido determinado”.
¿Una de las consecuencias es la pérdida de sueño?
“Es que los jóvenes pasan muchas horas, donde se pierde la mente, mirando redes, perfiles o videos. Esto genera una mala costumbre en la rutina del buen dormir y del descanso, que se recomienda dejando las pantallas a cierta hora del día”.
¿Cómo acceder a ese círculo desmedido de uso de redes por parte de los adolescentes?
“Lo importante es registrar cuantas horas del día el joven pasa con su celular en las redes sociales. Los padres y los mismos jóvenes se sorprenden al advertir el tiempo que les consume este tipo de pasatiempo. Todo lo hacen con el celular en la mano: comen, van al baño, están con amigos, en los recreos, etc. Este tipo de registro se hace en casa observando al joven y sus actitudes cotidianas, para tomar conciencia de la situación. A partir de allí, se pueden generar ciertas reglas o estructuras, que en esta nueva era digital, resultan muy difíciles de aplicar. Dar lugar a la tecnología para las cuestiones importantes de la vida de ese adolescente, sería lo ideal”.
¿Los padres deben estar atentos?
“Lo primero es el trabajo en casa. Hay que tomarse el tiempo de explicar que no todo lo que se ve en las redes sociales es la realidad. Enseñarles a amar su cuerpo, lo que el espejo les muestra. Que no se debe estar pendiente de una respuesta en las redes. Que ser tolerantes y pacientes es mejor que la impronta del apuro del whatsApp para una contestación. Es importante aclarar lo que significa un uso racional y sano del celular”.
¿Cómo identificar un adolescente con depresión?
“Es muy difícil porque la depresión se mantiene bastante oculta. Es complicado para el entorno advertir este tipo de trastorno, pero los padres pueden prestar atención al ver que el joven no disfruta de las mismas cosas, que no manifiestan ganas de hacer el deporte de siempre, o de ir donde iba con alegría. Es una señal clave cuando el joven prefiere encerrarse que compartir con otros, mostrando cierta apatía general. Atención, porque muchas veces la depresión se oculta en un paño donde todo está bien, con una sonrisa constate para los demás, sin demostrar lo que sucede por dentro. La familia debe estar atenta a los mínimos cambios, mas allá del humor que fluctúa constantemente, por el simple hecho de estar atravesando esa etapa de la vida”.