Los dolores de cabeza por uso excesivo de medicamentos, o por efecto rebote, son provocados por el uso prolongado y habitual de medicamentos para tratar los dolores de cabeza, como las migrañas. La medica neuróloga Dra. Fiorella Martin Bertuzzi (MN 136.272) explica para INS aspectos destacados acerca del efecto de medicamentos específicos, que en lugar de curar, causan más dolor de cabeza.

¿En qué consiste la cefalea de rebote?
“Es un término súper usado y es un problema de salud importante. Se calcula que el 1% de la población tiene este dolor de cabeza producido por analgésicos. Es decir, la persona tiene dolor de cabeza, usa analgésicos que tomados de manera muy seguida, producen dolor de cabeza. Es como un contrasentido por eso se la denomina cefalea de rebote, aunque la expresión formal es cefalea por sobreúso de medicación analgésica”.
¿Ocurre con todo tipo de analgésico?
“Puede ocurrir con prácticamente todos aquellos que se usan normalmente para el dolor de cabeza, aunque algunos particularmente, con menos cantidad de días al mes, afectan especialmente. Si bien existen algunas personas que hacen dolor de cabeza, causados por otros dolores, como puede ser una molestia de rodillas, por lo cual se medican durante varios meses, producto de esto empiezan a desarrollar un dolor de cabeza. Este grupo se presenta mucho menos. La mayoría de las personas empieza con un dolor de cabeza en sí, que cada vez se hace más seguido, por lo cual necesitan tomar cada vez más analgésicos. De pronto estos pacientes encuentran que no pueden dejar esa medicación porque todos los días están con dolor de cabeza”.
¿Es un círculo vicioso?
“Tal cual. Esta situación tiene una base biológica dentro del cerebro, donde la mayoría de las personas que desarrollan cefalea de rebote, van a padecer o migraña o cefalea de tipo tensión, como una predisposición de antes. Actualmente la medicina lo interpreta como una predisposición genéticamente codificada del paciente. Los analgésicos ocupan receptores y hacen a la persona más propensa a facilitar las vías nerviosas que dan dolor de cabeza. Es decir, si el paciente presenta una migraña por mes, con un buen analgésico se soluciona. Si ocurre que por más analgésico que se use, el problema no se soluciona, es decir donde la persona presenta un dolor muy seguido, extremadamente refractario, los analgésicos dejan de hacer efecto, e incluso hacen que cada vez aparezca más dolor”.
¿Se deben suspender los analgésicos?
“De todas formas el paciente no debe dejar de tomar analgésicos. Se trata de una cuestión biológica que se va dando en el transcurso de varios meses. No se hace una cefalea de rebote en solo una semana. No es cuestión de dejar la medicación por temor a dicha situación, o bien de hacer un tratamiento preventivo, que consiste en un medicamento que se toma a diario para bajar la reactividad a los dolores, y entonces ese paciente no puede vivir sin los analgésicos. La verdad es que la medicación asegura calidad de vida, aunque es importante entender que son parte del problema de ese paciente y no de la solución”.
¿Tiene injerencia que el medicamento sea de mayor calidad en cuanto al efecto en el paciente?
“En cierto modo tiene implicancia ese factor. Aparecen migrañas y cefaleas de tensión, donde hay dos grandes grupos de analgésicos. Los no específicos (paracetamol, naproxeno ,ibuprofeno , y sus derivados). Están los relajantes musculares dentro del grupo de inespecíficos . Además están los analgésicos anti migrañosos (ergotamina), sumado a los más costosos que son con indicación neurológica, mucho más seguros (triptanes), que usadas más de diez días por mes, cualquier grupo de los mencionados puede dar cefalea de rebote. En general se usa el que más ayude a cada paciente. Obviamente la gran ventaja de los medicamentos más caros es que no hacen mal al estomago”.
¿Qué tan peligroso resulta padecer una cefalea de rebote?
“En general no son cuadros peligroso para la vida. Son pacientes que de pronto se dan cuenta que llevan meses tomando remedios. Sí es cierto que baja la calidad de vida de esa persona, porque muchos medicamentos tienen cafeína, entonces resulta pésima la calidad del sueño, y el día a día en general, porque el paciente está todo el tiempo con dolor , como si fuera un casco, donde aparecen problemas de memoria, de concentración, mayor cansancio, dificultad para enfocar la vista. Es decir que se presentan muchas dificultades, sumado a cuadros de ansiedad, depresión, causados por el mismo malestar que sufre ese paciente”.
¿Empeora el estado anímico y el humor del paciente?
“Claro que si! Lo bueno es que existe un tratamiento específico. Lo primero que hay que descubrir es lo que pasa de base, es decir qué es lo que genera el dolor de cabeza en primer lugar. Identificar si se trata de una migraña, o cefalea de tensión, o de una contractura, etc. Una vez aclarado el diagnostico, se debe tratar específicamente ese dolor de cabeza. En medio, es bueno adquirir la mejor manera de tomar los analgésicos. Es importante seguir un camino para educarse en tal sentido. Solemos recomendar determinados momentos para tomar los analgésicos, porque muchas veces el paciente aguanta el dolor, lo sostiene hasta el final estoicamente como queriendo que se vaya solo, aunque sabemos que ese dolor no desaparece por sí mismo. Un correcto uso de analgésicos evita tomar en exceso”.
¿Cuáles son las principales recomendaciones para un paciente con cefalea de rebote?
“Se sugiere llevar una vida saludable y ordenada. Es importante tener un buen descanso, hacer actividad física, porque se reduce la cantidad de dolores de manera significativa. Un estudio en Estados Unidos comparó caminar cuatro veces por semana, al ritmo del paciente, contra una medicación en una dosis alta de 100 ml, dando como resultado que a los dos meses, los pacientes habían reducido la misma cantidad de dolores de cabeza. Por lo tanto caminar cuarenta minutos, varias veces por semana, es tan efectivo como un anti epiléptico. Estamos hablando de un efecto positivo casi instantáneo, que debe incorporarse paulatinamente y sin mayores exigencias para una persona que nunca caminó. Es clave la moderación porque las personas que tienen predisposición al dolor, suelen regresar de la caminata con dolor de cabeza. Por eso es importante hacerlo de manera progresiva e ir escuchando mucho al cuerpo”.
¿Qué tan importante es beber líquidos?
“Es muy importante hidratarse. Las personas no toman agua ni se mueven, sabiendo que están a diario frente a pantallas, volviéndose rígidos. Todo tipo de movimiento, o pequeñas pausas en el trabajo, de solo cinco minutos, para beber un vaso de agua, ayudan mucho. Así como también recurrir a terapias como mindfulness o yoga, colaboran para que el paciente aprenda a vivir el momento presente, y encontrar las herramientas para pasarlo mejor. Se trata de aflojar tensiones, reconocer malas posturas y aliviar el cuadro general del paciente”.
¿Aprender a respirar es importante?
“Es que no sabemos respirar. Es una solución gratis y rápida. Se trata de saber que debemos colaborar con los tratamientos del dolor de una manera consciente”.
¿Qué soluciones se pueden implementar?
“Se pueden suspender los analgésicos de golpe, con diez días del periodo de abstinencia, en donde se acompaña con medicación para eso, donde luego de pasarla mal, el paciente rápidamente mejora, disminuyendo los dolores de cabeza notoriamente. La segunda escuela, mas progresiva, implica el inicio de un tratamiento preventivo, con una preparación de dos o tres meses, donde se educa, se busca incorporar técnicas de meditación o ejercicios, fuera de las soluciones farmacológicas. Recién luego de todo eso se suspenden los analgésicos de manera progresiva”.
¿Qué camino es más llevadero?
“Personalmente me inclino por preparar el cerebro porque el miedo que causa tener dolor sin un analgésico a mano, juega mucho en contra del paciente. En mi experiencia, las medidas más bruscas son más propensas al fracaso en la mayoría de los pacientes. Debemos preparar a la persona anímicamente y socialmente, porque el entorno debe colaborar con esa persona”.