Cuidados paliativos: ”Nuestro objetivo no es salvar, sino acompañar”

“La medicina paliativa es la especialidad médica que centra su atención en los enfermos terminales, es decir aquellos cuya expectativa de vida es relativamente corta por causa de una enfermedad que no responde a los tratamientos curativos”. ¿Qué tanto sabemos acerca de los cuidados paliativos? ¿En qué medida nos animamos desde lo cultural, a contar con un profesional que acompañe los momentos finales de una persona?
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Por Cristina Cartier

“Lloré mucho al principio porque es algo duro, ya que tenés que lidiar todo el tiempo con la muerte. No tenés pacientes con chances de sobrevida porque nos toca acompañar justamente en la última etapa”, afirma para INS la Dra. Florencia Jonte (MN 117.042) especializada en cuidados paliativos.

¿Qué son los cuidados paliativos?

“Se trata de la asistencia activa holística de personas de todas las edades con sufrimiento severo, relacionado con la salud, debido a una enfermedad grave, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes, sus familias y sus cuidadores. Desde el momento del diagnóstico de una enfermedad grave, potencialmente mortal, se inicia un tratamiento de cuidados paliativos. Este puede ir en paralelo, en un caso de enfermedad determinada con su especialista”.

¿Se trata de una especialidad incipiente?

“Es una especialidad nueva que surge hace alguno años en otros países del mundo. Se inicia con la necesidad de la atención a la persona enferma y su entorno, desde un punto de vista físico, emocional, espiritual y psicológico. Es por esta razón que se trabaja en equipo, no actúa un médico solo que indica un remedio y nada más. Nos encargamos de acompañar, contener y orientar a las familias de quien cursa una determinada enfermedad. En muchos casos se trata de internaciones domiciliarias, donde la casa se transforma para asistir a esa persona. Se readaptan los roles en esa familia, se incorporan enfermeros las 24 horas. Los integrantes se van rotando en diferentes horarios, uno de encarga de las compras en la farmacia, otro del cuidado activo del enfermo, otros se encargan de hablar con el médico todo el tiempo. Están los psicólogos que van asesorando en cuanto a las emociones que se transitan en todo el proceso. El nutricionista que indica los mejor para ese paciente. Por eso decimos que los cuidados paliativos consiste en la atención activa de los síntomas físicos y emocionales de un paciente que padece una enfermedad terminal”.

rencia Jonte (MN 117.042)

No se atiende solo la enfermedad del paciente, sino todo lo que sucede alrededor de ese individuo. ¿Los cuidados paliativos es humanizar la medicina?

“Exactamente. Se trata de acompañar a ese paciente, con sus dolores y emociones. Es importante darle la mano, un abrazo cariñoso, simplemente escucharlo decir sus cosas. Estar ahí para cuando se llora, porque hay días que ese paciente está bien, y otros que está mal. Los familiares también nos ocupan, ya que a veces están muy continentes y otras veces esos familiares decaen. El estar presentes en cada momento es nuestra tarea”.

 Ese entorno resulta una pieza fundamental que va cargando con todas las emociones en ese proceso ¿Es así?

“Vemos mucho la enfermedad en el cuidador del paciente. Hay mucha angustia contenida, desamparo y la propia tristeza del momento tan difícil de acompañar al ser querido. Nuestra función es anticiparse a lo que sabemos va a ocurrir inevitablemente. Incluso ayudamos a tomar algunas decisiones prácticas al respecto de la muerte inminente. Cuando sabemos que se acerca el momento final se plantean muchas cuestiones importantes”.

¿Las decisiones anticipadas son algo muy delicado?

Se indaga en cuanto a qué se desea para la despedida, si permanecer en la casa o en una clínica. Si esa persona prefiere estar sola o acompañada por alguien en especial. Todo lo vinculado al sepelio se va hablando con anticipación, aunque suene cruento, para la mayoría es un alivio, ya que es un proceso de diferentes etapas, que van surgiendo espontáneamente. Cuando esto ocurre, aunque el paciente ya no pueda verlo, se conversa con la familia”.

Culturalmente no estamos preparados para estos momentos. ¿Cómo es la actitud del paciente y su entorno para con ustedes?

“En general vienen recomendados por el médico que atiende su enfermedad. Aparecemos como la doctora del dolor. La doctora que va a acompañar de la mejor manera. Las personas se muestran muy agradecidas porque se nota enseguida la diferencia en un paciente que padece una enfermedad crónica en estado avanzado donde cada día se hace peor la situación, si está acompañado con cuidados especiales”.

¿La técnica es sumergirse en la problemática de ese paciente y de ese ceno familiar?

“Absolutamente. Se trata de algo muy artesanal. Pasamos a tener un trato muy cercano, atentos a las necesidades del paciente. A veces nos preguntan si la persona puede viajar para reencontrase con algún familiar querido, entonces se trata en lo posible de buscarle sentido común a la situación y cumplir ese deseo del enfermo. Lo mismo si desea comer su menú preferido por última vez. Buscamos la forma de hacerlo aun si esa persona tiene la sonda puesta, aunque sea que pueda sentirle el olor a su comida favorita. Todo lo relacionado con lo con la salud, que las personas solemos naturalizar, como el hecho de poder dormir toda la noche de corrido, no tener vómitos, poder comer o ir al baño solo, queremos intentar que sea parte de la vida del paciente”.

¿Qué es lo más difícil desde el punto de vista profesional en este contexto?

“Todo resulta un desafío desde lo profesional. La realidad es que se nos mueren todos los pacientes, cuando verdaderamente un médico está preparado mentalmente para garantizar vida. Nuestro objetivo no es salvar, sino acompañar. La medicina tradicional habla de un único objetivo que es sanar, lo cierto es que en la tendencia actual todo es muy distinto. No se trata de repetir que ya no hay mas nada para hacer. Yo digo todo lo contrario, que tenemos mucho para hacer, porque el sentido humano debe estar presente, con un montón de opciones para mejorar la calidad de vida de ese paciente. La persona está viva y merece estar bien hasta que llegue la muerte”.