Temperaturas extremas: Como prevenir presión baja, mareos, síncopes y golpes de calor

El calor excesivo es uno de los principales enemigos de la salud de las personas. Además del humor y la ausencia de ganas para enfrentar lo cotidiano, las altas temperaturas pueden impactar en las personas con enfermedades cardiovasculares. De hecho, según datos oficiales, las principales causas de mortalidad durante las olas de calor, se relacionan con patologías cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorias.
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Fisiológicamente, “con las altas temperaturas la posibilidad de deshidratación aumenta, lo cual acentúa el riesgo cardiovascular en quienes son más propensos a problemas circulatorios o arteriales”, señala el médico Dr. Emanuel Luchessi.

Con mucho calor son mas probables las alteraciones del mecanismo de termorregulación, que intenta mediante el sudor y la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, reducir la temperatura corporal”, subraya el cardiólogo. Dicha situación “puede incrementar los estados de deshidratación y disminuir de forma drástica la tensión arterial, hasta producir mareos, y en casos extremos, síncopes o golpes de calor”.

Cómo cuidarnos:

  • Evitar cambios bruscos de temperatura
  • Usar ropa clara para no atraer los rayos ultravioletas
  • Limitar los esfuerzos físicos al aire libre en momentos de mayor calor
  • Usar gorro (la mayor parte del calor corporal se pierde por la cabeza)
  • Evitar consumir alcohol (altera la regulación de la temperatura del cuerpo)
  • Ingerir líquidos para evitar la deshidratación

Cómo descansar bien

Si el ambiente está muy caliente el sueño es más liviano y de menor calidad, por lo cual existe menos duración de un sueño profundo y reparador. La humedad elevada ayuda a que la percepción de calor sea mayor. Según algunas afirmaciones científicas una habitación con 15 grados centígrados, seria la temperatura ideal para conseguir un buen descanso nocturno y una mejor calidad de vida. El uso racional del aire acondicionado podría ser de gran ayuda para conseguir un ambiente agradable y propicio para el objetivo deseado: dormir bien.

“La temperatura del cuerpo varía durante el día, siguiendo un ritmo cardíaco descendiente durante el sueño, por lo cual un ambiente más fresco podría ayudar a descansar bien”, dice el Dr. Ramiro Heredia.

“El cuerpo se enfría al vasodilatar los vasos de la piel. Cuando la temperatura empieza a descender durante la noche, los pies y las manos pueden parecer más calientes, ya que a nivel periférico se está eliminando el calor, para reducir la temperatura central”

Si la temperatura del ambiente donde se intenta dormir es muy baja o muy alta esto puede afectar el sueño:” El calor y el frio pueden aumentar el estado de vigilia y las posibilidades de despertar. La exposición al calor y a la humedad aumentan la carga de calor del cuerpo, lo cual afecta las etapas del sueño”