Cenas de fin de año: Disfrutar sin culpas

Las celebraciones tradicionales de fin de año giran en torno a reuniones familiares con cenas abundantes que suelen convertirse en el almuerzo del día siguiente. Despedidas con los colegas del trabajo, del gimnasio y reencuentros con excompañeros de estudios, se convierten en “la oportunidad” de salirse fácilmente de las dietas y los hábitos saludables.
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Teniendo en cuenta que casi el 80% de la población de nuestro país es de origen católico, se entiende que la gastronomía típica de estas fiestas, tengan influencia de Italia y España. Se estiman 25 millones de argentinos descendientes de italianos, argumento suficiente para sostener la presencia de preparaciones como el “vitel toné” o el “pan dulce”, sumándose al listado, los turrones de origen árabe, con recetas difundidas en España que también llegaron a nuestro país.

El slogan representa socializar alrededor de una mesa con buena comida. En general, estas reuniones suelen relacionarse con ingestas excesivas y de alimentos poco saludables. Se suelen servir platos calóricos que representan un riesgo considerable, para quienes pretenden conservar la silueta, o vienen llevando adelante planes para adelgazar. ¿Cuáles son las claves para celebrar con comida saludable sin atentar contra el peso ideal?

Los nutricionistas pretenden naturalizar las reuniones, quitar presión para conseguir un momento relajado y de disfrute. Los especialistas enumeran un listado para tener en cuenta en las cenas de Navidad y la Noche del 31 para disfrutar sin culpas.

Dietas para purificar

Constantemente vemos soluciones mágicas para el caso de sufrir un atracón, y eso me preocupa mucho”, afirma para INS el nutricionista Pablo Taffarel (CONUER 141). “El cuerpo se limpia por si solo a través de dos órganos fundamentales, como son el riñón y el hígado. Este último es capaz de volver inofensivo toda sustancia que resulte agresiva para el organismo. Y el riñón, a través del sistema de filtración, elimina los deshechos, que resultan del trabajo realizado por el hígado durante algunas horas. Todo lo que podamos hacer desde el marco de una alimentación saludable, puede ayudar a que el transito intestinal funcione de manera rápida, y aliviar la tarea del estómago y del hígado. Pero no existen alimentos específicos (licuados) que hagan mágicamente lo que el cuerpo sabe hacer naturalmente. Las dietas restrictivas no sirven. En estas fechas siempre se come de más, son cuestiones culturales que vienen de otras partes del mundo, y debemos distendernos para pasarla bien”.

Medir las porciones

“Lo más importante es tener organización en las comidas, desde el desayuno y durante todo el día. El manejo de las porciones y cumplir la planificación horaria, para no pasar hambre, influye notoriamente en la manera en que llegamos a estas cenas especiales. Se trata de darle al cuerpo lo necesario para regular el nivel de apetito y entonces evitar la desesperación y los excesos. En un encuentro social no debemos pensar tanto en la calidad de lo que vamos a comer, sino en la cantidad. Se trata de platos típicos de estas fechas particulares, que significan placer y generan vínculos con otras personas, o la posibilidad de encontrarse con la familia que no frecuentamos durante el año. Estas cenas no deberían preocuparnos tanto, ya que se trata de situaciones ocasionales, que de ninguna manera nos van a traer consecuencias irreparables. Es clave manejar previamente el apetito para poder disfrutar ese momento”.

Mucha ensalada

“No es necesario considerar mucha ensalada, aunque es mejor tomar esas opciones que incluyen preparaciones crudas o cocidas, ya que darán más saciedad y brindaran mayor control en las calorías de ese plato”.

Comer despacio

Comer lentamente es muy importante y depende del nivel de ansiedad o de apetito de la persona. Llegar con hambre a la cena es contraproducente y hará muy difícil la tarea de ingerir sin apuros. Debemos considerar demorar la cena alrededor de 20 minutos. Si la persona sigue comiendo, aparece el sentimiento de culpa y eso no es bueno”.

No obsesionarse

“Se trata de disfrutar sin obsesionarse, porque esa actitud no nos conduce a ningún lugar bueno. Pensar todo el tiempo en cuanto estoy subiendo de peso frente a una cena especial, es lo peor que podemos hacer. Después de estas fiestas de fin de año, es muy normal que las personas suban un par de kilos. Obviamente que existe una sobreingesta de carbohidratos que generan aumento de peso, sumado a la retención de líquidos, ya que algunas comidas contienen abundante sodio. El estado nutricional no va a cambiar por situaciones excepcionales. Lo correcto es sostener buenas conductas, con prácticas alimentarias conscientes. Si la rutina es saludable, con alimentación balanceada y actividad física, en estas fiestas, se debe disfrutar entendiendo todo lo que representa el festejo”.