Norovirus: el virus del vómito y las diarreas

Las autoridades sanitarias de Gran Bretaña siguen de cerca un brote de norovirus que representa una amenaza para la salud de las personas, ya que se transmite a través de las comidas. Es conocido como “el virus de los vómitos y las diarreas”, y según la Sociedad Argentina de Infectologìa (SADI), se trata de un patógeno “altamente contagioso”.
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Por Cristina Cartier

El norovirus se conoce hace relativamente poco tiempo, ya que se descubrió en 1960, por lo general produce cuadros benignos de gastroenteritis aguda, caracterizadas por la presencia de nauseas, vómitos, diarreas y dolor abdominal. La mayoría de los casos son muy leves y se curan en un par de días asegurando una buena hidratación. Cualquier alimento puede ser susceptible de transmitir la enfermedad, tanto frutas y verduras preparadas en condiciones inadecuadas, así como los moluscos criados en aguas contaminadas, todos pueden resultar una fuente importante de contagio. La transmisión por agua también es posible, especialmente cuando el agua potable no está clorada.

La presencia de brotes de norovirus despierta especial interés, ya que se lo asocia a la pandemia en virtud de que su afectación es aún mayor en personas débiles e inmunodeprimidas. InformandoSalud consulta acerca del norovirus a Mercedes Piaggio, docente investigadora, a cargo del Laboratorio de microbiología de la Facultad de Bromatología de Entre Ríos.

¿Qué es el norovirus?

“Es un virus de transmisión alimentaria, es decir que tiene lugar por vía “fecal-oral”, a través del consumo de agua y alimentos contaminados. Este virus puede afectar a cualquier persona, no existe una población especialmente vulnerable, aunque los niños, adultos mayores y personas inmunocomprometidas, pueden presentar cuadros más graves.

Mercedes Piaggio, docente investigadora, a cargo del Laboratorio de microbiología de la Facultad de Bromatología de Entre Ríos.

¿Qué tipo de cuadros produce? ¿Y qué tratamientos se indican?

“Aparecen cuadros de gastroenteritis, caracterizados por presencia de diarreas y vómitos que son de tipo compulsivos. El periodo de incubación es de 24 a 48 hs hasta que aparecen los síntomas. Generalmente el cuadro se resuelve de manera autolimitada, y la recuperación depende de hidratación, reposición de minerales y una dieta adecuada. En los cuadros más graves se puede presentar deshidratación a los cuales hay prestarle mayor atención. Estas gastroenteritis agudas se presentan habitualmente en la población común pero lo cierto es que cada tanto ocurren determinados brotes asociados a determinadas instituciones como guarderías, geriátricos, viajes en crucero, etc. Una de las características del norovirus es que resulta de alta transmisibilidad y resiste significativamente en el medio ambiente. El hecho de que un virus que infecta a las personas, que se reproduce en el intestino y se libera por las heces, produciendo una gran cantidad de carga viral en este organismo, y considerando que puede permanecer durante mucho tiempo en el medio ambiente, lo torna muy contagioso”.

Varios países reportan brotes de norovirus. ¿Debemos preocuparnos?

“La verdad es que el norovirus no es tan nombrado pero es una de las causas de gastroenteritis más frecuentes, ya que se presenta en el 60% de los casos, principalmente de las de tipo estacionales, es decir las que ocurren en épocas de frio. Al tratarse de una enfermedad autolimitada, muchas veces pasa desapercibido y las personas no lo advierten, por tanto, no acuden para un diagnóstico. Suele tratarse de casos aislados o brotes familiares, donde sus integrantes manifiestan síntomas y los resuelve sin asistencia médica. En este momento se refieren brotes puntuales, donde un gran número de personas manifiesta los mismos síntomas relacionados”.

¿Se adquiere el norovirus por falta de higiene? ¿El contagio es con la simple ingesta de alimentos contaminados?

“El virus ingresa al organismo por la vía digestiva donde el agua y los alimentos son los vehículos más importantes. Pero también es muy importante todo lo relacionado con el contacto interhumano, ya que debemos considerar que se trata de un virus que resiste mucho en el ambiente y en los alimentos, y que posee una dosis infectiva muy baja. Esto significa que se necesitan pocas partículas de virus (se considera de 1 a 100), para que el virus tenga fuerza suficiente para generar la infección. Este virus se replica en el interior del organismo donde se liberan grandes partículas al defecar o a través del vómito, donde pueden convivir más de 1 millón de estas partículas, lo cual facilita su transmisión. Es decir que la clave de todo está relacionada con la higiene en las prácticas cotidianas de las personas. Es fundamental mantener los cuidados necesarios en las distintas fases de producción hasta la manipulación diaria de los alimentos en los hogares. Esto incluye el tratamiento de limpieza adecuados a los vegetales, y mantener las aguas lejos de contaminación, ya que es donde conviven peces y moluscos, sobre todo si estos se incorporan crudos a determinadas preparaciones, lo cual acentúa el riesgo de su distribución en las cocinas por contaminación cruzada. Es muy difícil determinar si nuestros alimentos poseen norovirus, motivo por el cual es muy importante implementar las tareas de limpieza recomendadas. En nuestro país no existe reglamentación que exija la detección de norovirus en los alimentos, y de ninguna de las enfermedades que se transmiten por vía digestiva. El Código alimentario argentino, que regula la producción y comercialización de alimentos, no cuenta con criterios microbiológicos en relación a las enfermedades que causan los virus”.