Microbiota o flora intestinal: El órgano desconocido que nos mantiene sanos

Se denomina flora o microbiota intestinal, al conjunto de bacterias que viven en el intestino en una relación de simbiosis. La ciencia médica actual asegura que la salud de las personas empieza en la microbiota donde se representan diversas funciones que repercuten y pueden actuar de barrera para proteger al organismo.

Por Cristina Cartier

Se trata de un mundo microscópico viviente, así definido por los especialistas.  La médica naturista Dra. Lupe Simón (MP 11.120) trae claridad al tema que parece abrir nuevos caminos modernos y colaboradores de distintas enfermedades, al sostener que “Me encanta ese slogan porque es tal la cantidad de células que tiene la flora intestinal, que podría ser cualquier órgano del cuerpo, inclusive el más grande, con lo cual nos damos una idea de la magnitud de lo que estamos hablando”.

Ph: freepik.es

¿Qué es la microbiota?

Hace referencia a una comunidad de seres vivos, de microorganismos muy pequeños que solo se pueden ver por microscopio. La microbiota intestinal es lo que antiguamente llamábamos la flora intestinal. Actualmente con los avances de la ciencia médica, se han empezado a descubrir grandes funciones y es por eso que hacemos referencia a la importancia de los cuidados de la misma para beneficios de nuestra salud“.

¿Cómo es su funcionamiento?

La principal de sus funciones es mantener la integridad de la mucosa intestinal, muy importante porque es ahí donde se elige lo que entra y lo que no entra al cuerpo, y de qué manera lo hace. Se trata de una selección de nutrientes que se absorben, inclusive químicos o sustancias que se consumen con determinados alimentos. También tiene una valiosa función inmunológica, porque es una gran barrera protectora, tanto de microorganismos patógenos (bacterias, virus, parásitos) que pudieran ingresar al organismo, como también tiene un componente en la neutralización de carcinógenos (un agente capaz de producir cáncer al exponerse a tejidos vivos) ,  y otras sustancias dañinas para el cuerpo. Con lo cual decimos que regula el sistema inmune para poder defendernos. Existen funciones metabólicas en cuanto a la absorción de nutrientes. La microbiota genera sustancias que tienen resultados en el cuerpo (beneficiosos o no, de acuerdo a la microbiota que habite el intestino). Si es buena, los resultados serán buenos. Se aprecian los efectos en relación a enfermedades autoinmunes, neurológicas, y alérgicas. Por lo cual empezamos a poner al ojo para avanzar y tratar enfermedades en base a la microbiota, por eso la importancia de considerarlo un órgano más“.

Dra. Lupe Simón , médica naturista MP 11.120

¿Es un proceso vinculado con la alimentación?

Somos lo que comemos. Si queremos un cuerpo sano y que funcione de una forma adecuada, nuestros alimentos deben ser los indicados. Si bien la microbiota no es el único parámetro para regularla, lo que comemos es un factor principal, sobre todo si administramos prebióticos en pos de un mantenimiento saludable. También ayuda mucho la actividad física, el manejo del estrés, el consumo moderado de tabaco o alcohol, el buen descanso. Nunca podemos dejar de lado algo de lo mencionado, con una buena alimentación no es suficiente, porque somos un todo, y todo repercute en nuestra flora intestinal. Incorporar buenos hábitos en forma general hace que estemos más sanos“.

¿Qué significa tener una flora intestinal normal o sana?

Es cuando podemos convivir en simbiosis, lo cual significa que los “bichitos “por los cuales estamos colonizados, no son un enemigo, sino que nos brindan una protección necesaria (se sabe que tenemos más bacterias que células). Todo un sistema trabajando para nuestro bienestar. Cuando esto se rompe es cuando la flora no está funcionando bien, es decir cuando ha sido colonizada por bacterias patógenas u otro tipo de microorganismos, como los hongos, parásitos, etc. Esto provoca que la microbiota se rompa y empiecen los síntomas poco agradables, que pueden ser de tipo agudos, como una diarrea, una gastroenteritis, o un dolor de panza, o si esa alteración continúa, entonces empiezan a existir determinados malestares: fatiga, inflamación intestinal, colon irritable, algún síndrome de mala absorción, alergias alimentarias muy comunes como la celiaquía, intolerancia a la lactosa o a la proteína de la leche de vaca, mala digestión y otras“.

¿La microbiota funciona de igual manera en todas las personas o depende del estilo de vida de cada uno?

Las buenas funciones son las mismas para todos en común, en tanto lo particular es que es única en cada persona como lo es la huella digital. Se trata de un “equilibrio” que solo esa persona sabe cuál es. Lo más probable es que el 75% de la población adulta, de acuerdo a como es la alimentación actual de las personas, seguramente tiene una alteración, ya sea leve o importante“.

La medicina del futuro advierte que, si se estudia la microbiota, una serie importante de patologías, pueden ubicarse en nuevas consideraciones. ¿Qué se sabe al respecto?

Actualmente en Estados Unidos se muestran estudios donde se relaciona el autismo con el tipo de microbiota, y en tal sentido se están haciendo trasplantes para mejorar la sintomatología de este grupo de pacientes. Existen diferentes grados de gravedad y de desequilibrio. Es decir que se interpreta que lo que se consume altera la microbiota, y a la vez su respuesta al alimento. En las personas con celiaquía se observa que cambiando la microbiota pueden dejar de ser celiacos, porque en realidad no es el cuerpo el que reacciona contra el gluten, sino que es por esa simbiosis de bacterias dentro del intestino, y cuando son cambiadas el síntoma o la enfermedad deja de existir. Todo esto está en investigación, pero lo cierto es que aparecen muchos avances en tal sentido. Lo primero que se cambia es la dieta, y muchas veces con el consumo de prebióticos (alimentos con alto contenido en fibras) que se compran en las farmacias, sumado a técnicas específicas, como el traspaso de flora de una persona a otra , con lo que se obtienen resultados positivos“.

Muchas personas aseguran que, ante una situación de estrés, los intestinos hablan. ¿Cómo es el mecanismo?

No está del todo claro porque las hipótesis son controvertidas en sí mismas. Lo que no se puede negar es la relación que existe. Se han descubierto bacterias que se llaman psicobióticos que producen sustancias que repercuten en los trastornos psiquiátricos o emocionales. Es decir que cuando una persona no se siente bien (en realidad no se sabe que es primero, si el huevo o la gallina), el intestino se acelera, se inflama, molesta o duele. Si realmente es por el estrés o si es al revés, si las bacterias son las que están generando sustancias para que la persona se ponga más nerviosa, o ambas situaciones actúan en simbiosis para generar dicho estrés y sus respuestas. Muchos de los tratamientos para el colon irritable, (una de las enfermedades más comunes del intestino), se vincula con el estado emocional del paciente, tienen drogas psicoactivas que actúan como sedantes a nivel cerebral. Uno se alimenta de emociones y experiencias vividas, lo cual trae efectos en la persona. Y ese cambio emocional se puede interpretar desde la cabeza, pasando por el corazón hasta llegar a los intestinos. Este mecanismo secreta una sustancia que hace que el intestino manifieste una respuesta“.

¿Cuál es el grupo de alimentos que no colaboran con la microbiota?

Existen cuatro grupos de alimentos que realmente alteran severamente y colaboran en que crezcan más bacterias patógenas. Entre las más importantes mencionamos el sodio (sal), que resulta el más difícil de dejar, y no somos conscientes de la cantidad que consumimos porque son muchos los alimentos industrializados que lo contienen. Luego aparecen los azucares, en realidad todo lo refinado que contenga azúcar se convierte en un problema para el intestino porque lo irrita, y porque es un gran combustible de la glucosa. También están las carnes en general (por sus proteínas animales) y finalmente, las grasas saturadas (derivadas de la carne, la manteca, la crema). Estos alimentos generan síntomas, y con el paso del tiempo se presentarán situaciones más severas. Siempre remarcando si realmente se trata de un consumo excesivo de dichos alimentos o que formen parte de una alimentación diaria que es lo que en definitiva trae consecuencias. Si la dieta es equilibrada, teniendo en cuenta lo que hace bien, la misma microbiota se ocupara de defender y los alimentos mencionados no harán daño“.

¿Cuáles son los alimentos que ayudan a una buena microbiota intestinal?

Las fibras encabezan la lista de los alimentos ideales, fundamentalmente si provienen de verduras o cereales integrales. Luego mencionamos el grupo de los prebióticos, que se consiguen en farmacias o mercados, y que son alimentos que tienen “combustible “para que las bacterias buenas se desarrollen. Aquí mencionamos los quesos, el yogurt, la leche cultivada. Hay que buscar bien, leer el enunciado del lácteo para asegurase de los ingredientes, que sean derivados reales de fermentados y que contengan dichos nutrientes“.

¿Las legumbres fermentadas pueden resultar pesadas?

Lo recomendable es cocinar la legumbre y luego fermentarla, por ejemplo, para la elaboración de un pan. Si se las prefiere crudas porque se trata de un alimento vivo que aporta fibras, lo ideal son los brotes que se toleran mucho mejor. La fermentación es buena porque es vida, se trata de generar una comunidad alimenticia que es muy favorable“.

Existe cierta tendencia a improvisar dietas de alimentos crudos donde las personas argumentan que se sienten mucho mejor y con más energía. ¿En qué medida son buenas?

Lo ideal sería que el 70 % de la alimentación diaria fueran crudos y el resto cocidos. Si se consume mucho crudo, hay que asesorarse para aprender cómo hacerlo, sobre todo si la persona no está acostumbrada para evitar inflamación o intolerancias. Lo cierto es que los crudos aportan muchas vitaminas que se pierden en la cocción. Pero no se puede comer solamente crudos al 100% porque faltarían proteínas y nutrientes que se harán sentir. Lo que se propone son los ayunos con jugos, o los días de crudos, lo cual sirve para limpiar el intestino y que la flora genere un combustible más sano. Es muy interesante si se puede lograr un día de crudos por semana porque repercute en un aumento de la vitalidad, siempre acompañado por un profesional naturista o nutricionista“.

Los licuados verdes están de moda. ¿Son buenos aliados?

Suelo recomendarlos para que resulten nutritivos y propicios para las personas. No todos tenemos los mismos gustos o tolerancias. El clásico jugo verde de los famosos es bueno, se digiere muy bien, porque al estar “colado” se eliminan las fibras. Es una oportunidad de consumir algunos alimentos de esta forma. Se sugiere en ayunas (como el primer alimento del día) y luego un desayuno completo porque no es reemplazo del mismo. También se pueden usar los jugos como una cena, que siempre recomendamos que sea lo más liviana posible para un buen descanso, y un buen funcionamiento del intestino, con más energía al día siguiente sin dejar de comer algo. Lo ideal es que al momento del descanso el intestino tenga un estado basal, que no trabaje durante ese tiempo, motivo por el cual se recomienda cenar poco porque no habrá ningún desgaste de energías al dormir“.