Coronavirus: “Lo que veo en la calle me preocupa mucho porque vamos a tener un año complicado”, dice la infectóloga Obieta

El primer mensaje de la profesional es contundente: “Intentamos que la gente comprenda que la situación no terminó, que no se trata de un chiste, que tenemos más de cien argentinos que se mueren por día por esta enfermedad. Por mas que tengamos  “la lucecita de la esperanza de las vacunas”, hay que decir que tenemos vacunado menos del 1% de la población, aún después de que la persona se vacuna, debe seguir cuidándose”

Por Cristina Cartier

La Doctora Elena Obieta (MN 76451) es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, jefa del Servicio de enfermedades transmisibles y emergentes de la Municipalidad de San Isidro, y referente del Hospital de Boulogne en pandemia. Su extensa trayectoria como especialista, la convierte en una importante vocera del país, en la presente emergencia sanitaria. 

A un año de pandemia, se reportan más de 2 millones de argentinos infectados por coronavirus, ¿Está de acuerdo en multiplicar por 7 dicha cifra teniendo en consideración a personas asintomáticas y aquellos que no advirtieron que tuvieron el virus?

“Nadie puede establecer a ciencia cierta el número para hacer la multiplicación, pero podemos calcular por 5, y estaríamos hablando de más de 10 millones de personas en contacto con la enfermedad. Es un virus que se transmite muy fácilmente, habrá quienes dicen que no les pasó nada, pero deben saber que lo pueden volver a tener y presentar una forma grave. Es decir, no es un virus sencillo, la persona puede durar con efectos prolongados en el tiempo, se conocen pacientes leven que permanecen sin olfato durante 6 meses o más“.

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¿El terreno de las secuelas sigue desconcertando a la ciencia médica?

“¡Claro!. Esto es porque todavía hay muchas cosas que no sabemos. No hay que olvidarse que es una enfermedad que tiene sólo un año con nosotros. Claramente hace estragos en la economía global, en la psiquis de las personas, de todos en general, no solamente de los médicos, sino en aquellos que tuvieron que quedarse encerrados por miedo, de quiénes no pudieron ver a su familia, más allá del gran cansancio que se conoce en el personal de salud. Los chicos tienen que volver al colegio, pero deben permanecer en burbujas, usar barbijo y lavarse las manos. Probablemente debamos utilizar barbijo por mucho tiempo, no lo sabemos, tendremos que verlo. Y cuando nos llegue el turno de vacunarnos, no pretender elegir la vacuna según el origen simplemente por lo que nosotros pensamos. Hay que dar gracias porque finalmente nos toca y después de vacunarse, a seguir cuidándose“.

¿Se piensa una estrategia distinta frente a la faltante de vacunas y en relación a personas que ya tuvieron el virus?

“Estamos esperando resultados de evidencia en cuanto a personas que tuvieron covid-19 para ver si efectivamente se puede utilizar en ellos una única dosis. Es como si la infección natural (el hecho de haber contraído el virus) fuera la primera dosis de ese paciente, y la segunda dosis (que sería el refuerzo ) , se completa aplicando una sola dosis de dicha vacuna“.

¿Se conoce más acerca de por cuánto tiempo la persona que tuvo coronavirus conserva anticuerpos?

“Se estima que la persona que tuvo la enfermedad queda protegida por alrededor de 6 meses, con inmunidad natural”, ya sea por anticuerpos (que son proteínas que circulan en la sangre) o por células“.

En virtud del deseo de vacunarse, para corroborar los anticuerpos, ¿La persona que tuvo coronavirus debe someterse a un chequeo específico?

“No necesariamente. Se puede vacunar “en sucio”, es decir sin hacer testeo de anticuerpos previamente. Por ejemplo, una persona tuvo covid-19 el mes pasado, y hoy le sale el turno, se tiene que vacunar sin necesidad de un análisis de sangre, ni testeo, ni de nada. Es importante señalar que las personas que viven con VIH, se pueden vacunar pero es muy prudente saber que estén tomando correctamente la medicación. Los pacientes que toman drogas inmunosupresoras, por la plataforma de las vacunas disponibles, es decir por cómo están fabricadas, pueden vacunarse haciendo la consulta correspondiente a su médico tratante“.

Dra. Elena Obieta (MN 76451) miembro Soc. Arg. Infec., jefa Servicio enfermedades transmisibles y emergentes Mun. San Isidro y referente Htal. Boulogne en pandemia.

¿Qué pasa con las personas que inician proceso de quimioterapia o usan alguna droga indicada en procesos crónicos (por ej. “metotrexato”)?

“Para quienes empiezan quimioterapia se recomienda que se den la vacuna antes de comenzar el tratamiento para evitar que el mismo, que suele disminuir los glóbulos blancos, deje más expuesto a ese paciente. En relación al metotrexato, se puede suspender por unos días, porque sabemos perfectamente que no va a pasar nada malo, ni se va a complicar la artritis, por ejemplo, ni tendrá un brote de la psoriasis, y ese paciente puede vacunarse sin problemas. Fundamentalmente se indica de esta manera para generar una mejor respuesta a la vacuna“.

¿Cuánto dura la protección en las personas vacunadas?

“Todavía no lo sabemos con certeza. Hay que saber que los estudios a gran escala empezaron en setiembre pasado. Es muy probable que tengamos que vacunarnos todos los años porque la inmunidad en los virus en general, plantea estos tiempos. Y este virus en particular, que es “primo hermano” de los anteriores, de los cuáles se sabe que los anticuerpos caen al tiempo, se refiere un año estimativamente. Esperamos  tener el 70% de la población “objetivo” (mayores de 70 y población de riesgo), vacunada para antes de junio“.

¿Es factible esa fecha estimativa?

“No lo sé, y no es una cuestión de voluntad porque estoy convencida de que  las autoridades pretenden vacunar lo antes posible a un número importante de personas, pero en la realidad de hoy no es factible. Y esto es por falta de producción de vacunas, y por falta de acuerdos económicos“.

Sin dudas que la vacuna y la actitud individual de las personas, aparecen como los únicos recursos para frenar la pandemia. ¿Al respecto que le sugiere a usted el comportamiento social?

“Yo creo que la gente se relajó en cuanto al uso de barbijo, a la distancia física, y ni hablar de las reuniones multitudinarias, clandestinas o lo que fuere. Es entendible el cansancio en el cumplimiento de las reglas. A uno mismo le pasa de salir a la calle a pasear al perro y darse cuenta de no tener el barbijo, o por el contrario, entrar a casa y seguir un rato con el barbijo puesto. La gente joven está en otro canal, uno se da cuenta que las actitudes no son las mejores. Hacen un partido de fútbol y luego se toman la cerveza de rigor, todos juntos y sin barbijo. Lo que veo en la calle me preocupa mucho porque vamos a tener un año complicado“.

Existe preocupación en relación a las nuevas cepas. Se habla de las variantes inglesa, sudafricana y la de Manaos, que ya tendría presencia en Argentina

“Contamos con un centro de monitoreo que rastrea muestras. Se obtiene información de algunas cepas para confirmar que sea o no la anterior. En este caso, se ha demostrado la existencia de la cepa de Manaos en viajeros. En cuanto al concepto importante, se sabe que cualquier virus tiene una tendencia natural a la mutación. Que si un virus se aloja en una piedra, mármol, o en una pared, ese virus no puede mutar. Que muta únicamente dentro de un cuerpo vivo. Es decir que uno puede transmitir el mismo virus, o uno modificado. Cuando un virus está en circulación siempre va a mutar, justamente para “escaparse” de las defensas (escape inmunológico), o simplemente porque al momento de “fotocopiarse”, lo hizo con un error, que puede que no exprese ninguna diferencia clínica, o que de golpe se observe que se transmite con mayor facilidad, o ser mas agresivo, o más benigno, etc. Si contáramos con una buena parte de la población vacunada, por ejemplo, se terminaría con la posibilidad de nuevas cepas. Actualmente con las variantes de Manaos e Inglaterra, se estima que son más transmisibles y específicamente la brasilera es más peligrosa. En tanto la cepa sudafricana demuestra que se “escapa” en relación a determinadas vacunas (es decir que no sirven ante la nueva cepa). Las nuevas cepas del coronavirus nos tienen que preocupar, pero debemos considerar mucho más el hecho de evitar que el virus circule“.

¿En qué sentido es más peligrosa la cepa de Manaos?

“Se transmite mucho más fácilmente y parecería causar mayor daño a nivel pulmonar, por lo cual resulta mucho más mortal también“.

¿Cómo se garantizará la ventilación cruzada en las escuelas, por ejemplo, cuando empiece el frío?

“No pasa nada si el chico tiene que estar abrigado con su buzo polar mientras el maestro pueda facilitar la circulación cruzada de aire. Si hace mucho frío es cuestión de ventilar cuando los chicos salen al recreo, aunque más no sea durante 15 minutos. A mi me preocupa mucho más que un aula de escuela; un casino, los clubes, los gimnasios, o una fiesta donde ni siquiera existen protocolos. En general los lugares cerrados con muchas personas resultan verdaderamente preocupante“.

El barbijo fue cuestionado hasta por la OMS, ¿Qué recomendación sugiere usted?

“A parir de los 5 años un niño puede usar barbijo, si se puede conseguir el de tipo quirúrgico, mejor. Si se usa el de tela y se moja demasiado, simplemente se cambia. Debemos tener una mirada amorosa entre todos. No olvidarse de permanecer a un metro y medio de distancia, si es que no queremos enfermarnos o contagiar a los nuestros“.

¿A qué nos enfrentamos este año?

“Soy muy optimista y pienso en lo que aprendimos el año pasado; lo que sirve y lo que no sirve frene a la pandemia. Tenemos que pelearla juntos, porque solos no se puede. Todos tenemos que cumplir las reglas. Hay que extremar los cuidados que ya conocemos, vacunar lo más rápidamente a la mayor cantidad  de gente que se pueda, y seguir poniéndole obstáculos al virus en cada comunidad. Es clave diagnosticar precozmente. Si un niño amanece con moco, no hay que mandarlo al colegio porque eso implica cerrar esa burbuja y volver atrás. Si uno estuvo en contacto estrecho con una persona positiva de covid-19,  debe quedarse guardado en su casa para que el virus no se siga propagando“.

¿Actualmente a qué síntomas debemos prestarle especial atención?

“37 y medio o más de temperatura, tos seca, dolor de garganta o/ y de cabeza, pérdida súbita de olfato y gusto (se trata de un síntoma neurológico que es muy característico de la enfermedad) y dolores corporales. Con la presencia de dos de dichos síntomas se debe consultar inmediatamente, quedarse en casa, y a las 72 horas se puede hisopar“.

¿Desde qué momento se presume el contagio a partir de la aparición de los síntomas?

“El período de incubación (el tiempo entre la infección por el virus y la aparición de síntomas, si es que no se trata del porcentaje de pacientes asintomáticos), está descripto que va desde 2 hasta 13 días. Por consecuencia si uno estuvo en contacto con una persona infectada, se cuenta desde ese día en que compartió, 14 días seguidos de aislamiento, aunque no aparezca ningún manifiesto. Si me hago un hisopado a los 3 días es muy posible que arroje resultado negativo, ya que dicho test se recomienda a parir del quinto día de aparecidos los síntomas“.

La pregunta del millón ¿Esperamos un pico como el año pasado, o llegará una ola de contagios?

“Nadie puede responder la pregunta porque sería hacer futurología. Nunca hemos registrado menos de 4.000 casos diarios. Existen modelos epidemiológicos, todos posibles y diferentes. Podríamos presentar un escenario con un pico, o que se transforme en una endemia, es decir tener todos los días las cifras que vemos actualmente. O bien que bajen los contagios y se refleje un comportamiento como en curvas“.

¿Cuándo será el fin de la pandemia?

“Cuando los registros muestren cero cantidad de casos, aunque aparezcan rebrotes. La epidemiología es una ciencia muy dinámica e implica observar el ritmo de los acontecimientos“.

¿En qué la cambió la pandemia como médica?

“No recuerdo haber estudiado tanto una vez recibida de médica. Desde la aparición del virus siempre experimentamos una situación obsesiva en cuanto a leer lo último que aparece en las revistas especializadas y los informes que recibimos. Debo decir que me sirvió para confirmar claramente que la vida es aquí y ahora, que de nada sirve programar demasiado porque aparece una pandemia y te deja inmóvil, observando lo que pasa. En una emergencia sanitaria como la actual, aprendí a acepar todo lo que no conozco de mi especialidad porque el virus nuevo es un perfecto desconocido para el mundo“.