Trastornos en pandemia: Disfunción sexual

El Dr. Federico Rodríguez es médico urólogo y cirujano, especializado en temas de la sexualidad del varón. El profesional reconoce un incremento en las disfunciones sexuales en el contexto de la pandemia. El encierro, los cambios de hábitos, y el estrés del momento tienen repercusión en la vida íntima de las personas. Es muy común que el varón presente dificultades recurrentes para tener respuesta sexual, deseo y orgasmos.
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Por Cristina Cartier

¿Se ha incrementado la consulta sexual?

Ha crecido notablemente porque a cada uno lo golpea de manera diferente la problemática actual. Hay personas que no están acostumbradas a convivir 24 horas con su pareja y esto genera graves problemas en ese vínculo. Hoy no tenemos aquellas actividades que muchas veces significan un “cable a tierra”, como son las reuniones con amigos , los encuentros de fútbol una vez por semana con los compañeros de trabajo, etc. Se suman el miedo a perder el trabajo y las complicaciones económicas. Lo más importante es dejar en claro que estos trastornos tienen solución y que estamos pasando una situación seria, pero que es absolutamente temporal, aunque nos resulte un proceso realmente largo.

¿La disfunción sexual se define como una enfermedad?

Pueden manifestarse causas que no se relacionen con una enfermedad subyacente, salvo que se trate de problemas hormonales (tiroides, colesterol, ácido úrico, hipertensión, etc). Un paciente que presenta estudios clínicos con resultados normales y que manifiesta disfunciones sexuales, no es un paciente con una enfermedad. Simplemente se trata de un momento específico de esa persona. Claramente pueden aparecer problemas de pareja, y de autoestima, y esto último puede significar una depresión para ese varón. Por eso es tan importante no desatender los síntomas y acercarse a la consulta de tipo interdisciplinaria.

Cuando hablamos de disfunción sexual, ¿nos referimos únicamente a quienes tienen dificultad en la erección o también a quienes experimentan una eyaculación anticipada? 

Está todo incluido en el mismo concepto: la disfunción sexual eréctil (cuando el miembro masculino no se para) y los trastornos eyaculatorios. Uno de estos trastornos es la eyaculación precoz (donde el hombre no puede cumplir con las necesidades fisiológicas de su pareja).

¿Cuál de estas dificultades le afecta más al varón?

Cualquier tipo de disfunción tensiona mucho al hombre. Se pretende siempre el mejor rendimiento posible bajo cualquier circunstancia, y entonces cuando esto no pasa se genera una gran angustia. Por eso insistimos siempre en que la idea es lograr un buen sexo placentero para ambas partes.

¿Es posible que algunos varones les cueste reconocer  lo que les está pasando?

Es que suele ser más fácil pasar las culpas a los demás que reconocer el problema en nosotros mismos. Es una cuestión netamente cultural. Lo que sí es muy común, es tener este tipo de respuesta sexual en un primer encuentro, donde las personas no se conocen bien, están con mucha carga de ansiedad y adrenalina. Estos factores juegan en contra para que esa primera relación resulte de las mejores.

¿Cuáles son las soluciones para las disfunciones sexuales?

Existen muchos tratamientos médicos posibles, sumado a una serie de gestos que tienen que ver con la comprensión de la pareja, y fundamentalmente, que el hombre tenga la capacidad de reconocer su problema, sabiendo que tendrá solución. En primer lugar se descartan factores clínicos, y luego la ayuda profesional va a colaborar en mejorar las cosas rápidamente. Existen tiempos biológicos que hay que respetar por eso es muy importante ser  pacientes para obtener un buen resultado en el tratamiento elegido.  

¿Se nota desgano en los cuidados personales en el contexto actual?

Es que el encierro y las pocas posibilidades de salidas, hacen que estemos de pantuflas todo el tiempo. Muchos viven en departamentos. Suelen ser espacios chicos donde todo el tiempo se están mirando a la cara el uno con el otro. Cabe señalar que cada vez que una persona se prepara para una cena con amigos, busca su mejor ropa, se perfuma, se arregla el pelo, se generan un montón de estímulos en la pareja. Se despiertan incentivos táctiles, visuales, todo aquello que predispone para un encuentro íntimo. Y con la situación actual, resulta que de pronto somos poco atractivos para nuestra pareja y es cuando aparece el problema. En las mujeres se manifiesta mucho el aumento de peso y por eso se sienten contrariadas, enojadas con la situación, no experimentan una sensación agradable al verse al espejo, pierden la autoestima y surge la inseguridad. Evidentemente las conductas de todos se fueron modificando a lo largo de este proceso. Al principio estaba muy bueno cocinar juntos todo el tiempo, y de pronto esa convivencia extrema denota los detalles que tienen relación directa con las necesidades individuales.

¿Desaparece el deseo y por esa razón el varón no funciona?

Existen varios factores que interfieren. Hoy reinan las causas emocionales. El panorama les cambió porque no encuentran el espacio para la intimidad ya que los chicos están cerca todo el tiempo o quizá se mudó la suegra a casa para que no pase sola la cuarentena. Las distintas realidades en este contexto sin dudas alteran las cosas. Están aquellos que viven solos, que no tienen pareja ni amantes, o lo tienen pero no lo pueden ver ahora. Este grupo por más que acuda a las redes sociales, si es un adulto responsable frente a la pandemia, tendrá la disyuntiva lógica,  si es que se presenta la posibilidad de un encuentro personal, para mantener la distancia física que se recomienda.

¿Se puede decir que por timidez o el tipo de crianza del hombre existen dificultades para hacer consultas sobre temas sexuales?

La gran mayoría viene a la consulta y empieza a dar millones de vueltas hasta que llegan al punto en cuestión que refiere sus dificultades sexuales. Hay que considerar que vivimos en una sociedad exitista y machista, lo cual nos juega en contra todo el tiempo. La mujer debe estar joven y flaca y el varón tiene que “rendir”. Existen prototipos impuestos que están muy lejos de ser saludables para las relaciones interpersonales. El hombre sufre mucho una relación frustrada por el mismo mecanismo natural y psicológico. Evidentemente la mujer lo vive de otra forma. Aún así cuesta quitar esos conceptos de las estructuras masculinas y es la causa por la cual les cuesta tanto acercarse a un profesional para pedir ayuda.